LA DIGNIDAD AL FINAL DE LA VIDA

El 5 de agosto de 1951, el político cubano Eduardo Chibas se suicidó en una cabina de televisión y radio en La Habana, Cuba, luego de un debate en el que acusó de corrupción al ministro Aureliano Sánchez, que, al no poder demostrar con pruebas, antes que disculparse prefirió pegarse un tiro mortal en el estómago, no sin antes lanzar un grito que quedó grabado en la memoria de los cubanos por muchos años: «vergüenza contra dinero». No todos los políticos tienen el temple tan lleno de amargura como la de Eduardo Chibas, que en sus alocuciones siempre demostraba un ánimo suicida, al grado que podría decirse que su suicidio en aquel estudio de radio fue algo anunciado desde que comenzó su carrera política.

Este martes trascendió una especulación propalada por un personaje extraño que se denomina como un rabino en Nueva York, quien dijo haber recibido de un elemento de la prisión donde está detenido JOH, que este intentó quitarse la vida, ante lo inevitable que es escuchar la sentencia dura del juez Kevin Castel, quien ha demostrado un manifiesto interés por refundirlo en prisión por el resto de sus días. El juez Kevin Castel, un implacable ejecutor de la ley, algunas veces actúa más como un verdugo que como un juez, le anunció una cadena perpetua a JOH previo al juicio, con lo cual prejuzgó al expresidente, algo que la defensa pudo haber alegado, incluso para pedir la recusación del juez Castel, para sentar un precedente.

La historia pareciera estar escrita en contra de JOH, porque aunque sus abogados acudan en apelación ante una instancia superior que es la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito, por la naturaleza del delito que es el más perseguido por la justicia de EEUU como es el narcotráfico, se da por hecho que la Corte del Segundo Circuito declarará improcedente la apelación, por lo que dejaría en firme la sentencia contra JOH, que por ahora se estima que puede ser una cadena perpetua como mínimo.

Para solicitar la apelación, los abogados de JOH alegaran que el fiscal, el juez y el jurado basaron sus actuaciones solo en los testimonios de los narcotraficantes que fueron extraditados por el gobierno de JOH, pondrán en conocimiento de la Corte de Apelaciones que siendo JOH presidente del Congreso Nacional se aprobó un auto acordado para hacer posible el proceso de extradición y que el gobierno de Hernández atendió cada solicitud de extradición, con el mejor ánimo de colaborar con el gobierno de EEUU en el combate del tráfico de drogas hacia ese país. 

Pero, en contra del expresidente Hernández pesan las declaraciones y testimonios de los narcotraficantes extraditados, con los que Hernández Alvarado tuvo relación en algún momento, de lo que presentaron pruebas a la Fiscalía de Nueva York. En este juicio se puso a prueba la amistad que en un momento tuvo el expresidente Hernández con el gobierno de EEUU, al que le ayudó en el combate al tráfico de drogas, y lo implacable al extremo que es EEUU, que no le perdona ni al mejor amigo la implicación que pueda tener con el narcotráfico, el delito más perseguido, tratándose de extranjeros, porque hasta ahora no se ha conocido que la DEA ni el gobierno persigan a los capos narcotraficantes estadounidenses.

Nunca antes se había dado el caso que un juez anuncie una sentencia con tanta anticipación, por lo que se puede alegar un prejuzgamiento del juez Castel, que según algunos expertos no serviría de nada, porque los fiscales y los jueces se pueden equivocar, pero tratándose de narcotráfico, no hay posibilidad de revertir una sentencia. O sea que para JOH, la suerte está echada, la historia fue escrita desde el momento que el juez Kevin Castel manifestara que para JOH habría dos cadenas perpetuas, mucho tiempo antes de que iniciara el juicio.

Pero Juan Orlando Hernández todavía tiene mucha información que aportar a los fiscales y a las cortes de NY, donde se están investigando casos donde aparecen involucrados elementos políticos que han sido mencionados en hechos criminales perpetrados contra altos funcionarios malogrados, como el zar antidrogas Julián Arístides González, quien colaboraba con EEUU en el combate al narcotráfico. Este y otros casos los investiga la misma Fiscalía de Nueva York y en algún momento llegaran al tribunal que preside el juez Kevin Castel.

El peso de la conducta del juez Castel puede haber provocado un desmoronamiento emocional en JOH, pero este hombre ha demostrado tener siempre una conducta fría en sus momentos difíciles. No pertenece a la clase de individuos frágiles que se quiebran en emociones en los momentos más duros. Hernández no pareciera ser de las personas frágiles que acuden a la vía del suicidio para escapar de las situaciones más difíciles. Es lo que los expertos denominan «un animal político», los que enfrentan con dignidad el final de la vida. Porque una sentencia de cadena perpetua para un hombre de 55 años, es el final de la vida.

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy martes 25 de junio de 2024.