La charlatanería y la moral nunca van de la mano, porque, el charlatán es un mentiroso de oficio, mientras que todo aquel que se da baños de moral, predicando la moralidad como una práctica en su vida, casi siempre resulta ser un inmoral. Esta mañana se produjo una simpática conferencia de prensa ofrecida por la ministra de Defensa y candidata presidencial del PLR, Rixi Moncada, y el jefe de las Fuerzas Armadas, Gral. Roosevelt Hernández, luego de concluida una reunión de trabajo con la embajadora de EEUU, Laura Dogu, una de esas reuniones raras, en que, los que salen posando como victoriosos, en realidad parecen corderitos recién salidos del corral donde el matador les ha perdonado la vida.
Rixi Moncada habló de cinco puntos abordados en la reunión con la embajadora Dogu, ya con un lenguaje diferente al discurso agresivo de un día antes, cuando señaló a EEUU de ser un protector selectivo de los narcotraficantes por haber desmantelado los radares para detectar las narcoavionetas que proceden mayormente de Venezuela, donde el Cartel de los Soles se ha convertido en el imperio del narcotráfico con Nicolás Maduro y Vladimir Padrino López como los principales cabecillas. A la pregunta de un reportero formulada al Gral. Roosevelt Hernández, sobre un supuesto golpe de barracas que se estaría orquestando en los mandos intermedios por oficiales descontentos por haber viajado a Caracas a confraternizar con el general Vladimir Padrino López, con un lenguaje más propio de los políticos demagogos, aunque con tono más tranquilo, Roosevelt Hernández con aspavientos de ser un devoto de la moral, respondió que en las FFAA ya no existe ese tipo de golpes.
Es posible que esto último sea cierto, pero sucede que, de tanto que va el cántaro al río a veces se puede hacer añicos, sobre todo si quien provoca la ira de las aguas es un falso predicador de la verdad. Si como dice el Gral. Roosevelt Hernández, que él es un abanderado de la moral, debe darse cuenta que rompió esa regla sagrada en el momento que se reunió con un alto militar venezolano sindicado como uno de los jefes del Cartel de los Soles, y cómplice vergonzoso del fraude electoral que le robó las elecciones al pueblo venezolano. Precisamente, ese encuentro del Gral. Roosevelt Hernández con Padrino López, fue lo que motivó el mensaje de la embajadora Laura Dogu, quien se limitó a expresar su sorpresa al ver al ministro de Defensa, José Manuel Zelaya, y al Gral. Hernández, reunidos con el militar-narcotraficante venezolano.
La inmoralidad es lo opuesto a la moral, por lo tanto, predicar una conducta moral mientras se practican acciones que desdicen de una conducta correcta, es charlatanería pura. Un jefe de las FFAA con honor no se debería prestar para avalar con su presencia a personas que violan la ley. Un jefe de las FFAA con honor debería sentirse ofendido teniendo como jefe a una candidata de un partido político que hoy está salpicado en el mundo por los narcovideos. Por la obediencia natural que deben los militares al orden civil, el Gral. Hernández cuando comparezca en situaciones como la de este día, se vería mejor calladito, porque con su silencio los ciudadanos lo entenderíamos y nos sentiríamos tranquilos.
Doña Rixi Moncada, por su parte, nos sorprendió con el cambio que tuvo en su discurso, de la altanería pasó a mostrarse un poco afable y hasta cordial, aceptando la invitación de la embajadora para viajar a conocer el lugar dónde EEUU tiene instalados los radares, con capacidad para detectar hasta el vuelo de una mosca desde Caracas a Tegucigalpa, porque los radares ya no eran funcionales en nuestro territorio, desde el momento en que militares, policías y civiles hondureños se implicaron en el narcotráfico. En ese momento, EEUU se percató que un «quinta columnismo» local, fugaba la secretividad de las operaciones a los jefes del narcotráfico, volviendo poco efectivos los operativos.
Fue cuando la DEA decidió convencer a los famosos Cachiros, convirtiéndolos en sus aliados, ofreciéndoles protección a ellos y sus familiares en EEUU, dotándolos de tecnología para registrar reuniones con personajes políticos que venían siendo señalados como socios y amigos de los capos hondureños. Así es como se producen las diversas filmaciones, que hoy constituyen las pruebas irrefutables de la connivencia entre políticos y capos. No es como pensaba doña Rixi Moncada, que los gringos habían desmantelado los radares para privilegiar a los narcotraficantes. Sencillamente cambiaron el modus operandi, dotaron de mini-camaritas a uno de los capos mayores hondureños y fue así como cayeron varios de los grandes.
La charlatanería es un defecto que cae por su propio peso, y cuando la gente habla lata, como en el caso que nos ocupa, termina por aceptar que EEUU, aunque no les parezca a los charlatanes, sigue siendo el país más poderoso del mundo. Que ya no emplea el garrote para golpear a los delincuentes, que ahora usa los narcovideos para ponerles en su cara a los políticos el momento en que hicieron las tranzas con los capos del narco.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy viernes 6 de septiembre de 2024.