
El cinismo usado como comportamiento político en todo momento, es una amenaza no solo para la democracia sino para el Estado mismo, porque cuando los cínicos se apoderan de los cargos de decisión es cuando florece el fascismo, modelo político que es excesivamente autoritario, como lo está demostrando el Partido LIBRE. Pero, entre todos los fascistas que se pueden ver en el partido gobernante, el diputado Luis Redondo brilla como el más fascista de todos, porque a su conducta enfermizamente autoritaria agrega una enorme dosis de cinismo, en lo que Redondo es un verdadero experto. Redondo tiene una desvergüenza para mentir y una obscenidad descarada para las practicas vituperables, por lo que a este personaje no hay que verlo como el simple mentiroso sino como el factor extremadamente peligroso para todos, para la democracia, para el país, incluso es un peligro para el mismo Partido LIBRE. Y vaya que lo es, porque en la medida que Luis Redondo huela que su cargo peligra, y que puede ser apartado de la posición que usurpa, será capaz de urdir la maniobra más atrevida para salvar su pellejo, en desmedro de la democracia. Ver al diputado Luis Redondo en tono agresivo, tomando iniciativas donde no tiene la calidad moral ni legal para actuar como acusador, pidiéndole al fiscal adjunto, abogado Daniel Arturo Sibrián, que abandone su cargo en el Ministerio Publico por estar usurpando el puesto, es ver al cínico más desfachatado, porque su situación con la del fiscal adjunto Sibrián no se parece en nada. Sibrián será el fiscal adjunto hasta que en el Congreso se elijan a los nuevos encargados del Ministerio Publico y en esa condición será el máximo responsable del funcionamiento del Ministerio Público, hasta tanto no se elija a los nuevos fiscales, titular y adjunto, en el Congreso Nacional, igual que al director de fiscales.
En cambio, nacional e internacionalmente, el diputado Luis Redondo esta conceptualizado como un presidente ilegal del Congreso Nacional de Honduras que está usurpando una alta función con el agravante de haber facilitado la aprobación del «Decreto de Amnistía» que resulto el baño de impunidad más ignominioso que enloda a Honduras a lo largo de la historia del país. No hay otro usurpador que haya debilitado la calidad del Congreso Nacional como el diputado Luis Redondo. Ha habido otros casos de funcionarios que han cometido el delito de usurpación, pero ninguno con la conducta fascista de la que hace gala el diputado Redondo, que no ha tenido empacho para hacer un rapto descarado del más grande compendio de mentiras con el que intenta hacerse ver como un personaje poderoso. En este sentido, Luis Redondo actúa como un bárbaro moderno, que pisotea y hace trizas la verdad, con lo cual piensa que logra intimidar a los adversarios, dentro y fuera del Congreso Nacional, a la vez que impresiona al ciudadano de a pie, para ganarse no el respeto sino el temor, porque los fascistas se especializan en llevar el autoritarismo al extremo, para imponerse a los demás por la vía del miedo como muy bien lo describe la Dra. Martha Sinbahun en «La monarquía del miedo».
Cuando Redondo se coloca en posición acusadora contra el fiscal adjunto Daniel Sibrián, que está respaldado por la ley, acusándolo de usurpador, Redondo actúa por el impulso del «mea culpa» porque su conciencia lo traiciona y lo obliga a ponerse a la defensiva mediante el ataque, usando el mal que padece: usurpador.
Porque en los actuales momentos, usurpadores son los directivos del Congreso Nacional que preside Luis Redondo, que en enero del año pasado asaltaron la dirección del parlamento hondureño por medio de la violencia, al desplazar de la manera más arbitraria a los directivos que minutos antes habían sido electos conforme el procedimiento legal y apegado al protocolo legislativo constitucional.
La respuesta efectiva como contundente del fiscal adjunto Daniel Arturo Sibrián pulverizó la jactancia de Luis Redondo, al remitirse a la ley de manera precisa. Igual que lo hizo el fiscal general de Colombia, Francisco Barbosa, con el presidente Gustavo Petro, cuando este quiso someterlo a su mando y jurisdicción, el fiscal adjunto Daniel Sibrián le recordó al ilegal presidente del Congreso, Luis Redondo, que el solo está supeditado a la ley que lo ampara para permanecer en el cargo de fiscal adjunto hasta tanto no sean electos en el Congreso Nacional el nuevo fiscal general y fiscal adjunto. Con este tapabocas muy bien ganado, Redondo persiste y actúa como un bárbaro del cinismo, nombrando comisiones que al no pasar por la aprobación del pleno del Congreso, no están revestidas de legalidad, quedando como seudo comisiones, cuyos actos carecen del revestimiento legal para caer en el campo de la nulidad.
Tantos disparates y violaciones a la ley sigue cometiendo Luis Redondo, que es urgente que un diputado mocione en el Congreso Nacional para que en forma urgente se le practique un examen de salud mental, porque el persistir tanto en la mentira, expone a Luis Redondo a ser considerado una persona que perdió hace rato las cualidades humanas del bienestar emocional, de manera que al cometer tantos actos perversos con alevosía y desempeñando un alto cargo en condición usurpadora, se convierte en una amenaza para el país y para todos los hondureños. No insinuamos de ninguna manera que el diputado Luis Redondo está loco, porque un orate apenas amaga con sus desplantes, de lo que el diputado Luis Redondo padece, es de un trastorno de cinismo gravísimo, lo que lo hace más peligroso que un loco furioso.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy martes 26 de septiembre de 2023.