Cuando cuestiones de índole eminentemente política son llevadas a la actuación de los fiscales se produce una terrible distorsión en todo el esquema de la justicia. Esto ocurre cuando los partidos políticos trasladan a la arena judicial y al campo del Ministerio Público, asuntos en los que tienen un supremo interés partidista, endosando a los fiscales soluciones que ellos no podrían lograr en el ámbito político, provocando con ello el descredito del sistema judicial o el descrédito de los fiscales, con el consiguiente desgaste para la importante figura de un fiscal.
El fiscal de la UFERCO, Luis Santos, que no ha podido ocultar su evidente filiación ideológica con el PLR, está jugando el triste papel de «matador» de todas aquellas personas que han desempeñado funciones públicas, particularmente nacionalistas, sobre quienes ha emprendido una persecución implacable, actitud que no mantiene tratándose de todos los casos de abierta violación a la Constitución que han sido protagonizados por miembros del PLR.
Decía el jurista Graciano en su obra DECRETO, allá por el siglo XII, que «no corresponde al juez juzgar a las leyes, sino según ellas», una expresión que aplicada a los fiscales que son parientes de los jueces en materia de hacer justicia, podría afirmar que «no corresponde a un fiscal dejarse etiquetar por un partido político, aunque como persona tenga simpatía por ese partido, para concretar actos de venganza política contra los adversarios, porque pierde su condición de fiscal para convertirse en un vulgar matarife».
El trabajo de un fiscal es el de investigar, sin poner interpretaciones políticas a la hora de concretar un caso particular. El fiscal Luis Santos de UFERCO no ha dado un solo paso para investigar la monstruosidad ocurrida en el Congreso Nacional en enero de 2022 donde se cometió el más flagrante de los delitos en el ámbito del Poder Legislativo, al producirse la atrocidad de sacar a patadas al presidente de la junta directiva del Congreso legalmente electo, por parte de un grupúsculo de diputados del PLR, que lograron imponer con lujo de violencia y arbitrariedad al diputado Luis Redondo como presidente sacado de la manga. No hubo ninguna acción del Ministerio Público que buscara devolver la legalidad al Congreso Nacional. Al no producirse una reacción del Ministerio Público, como correspondía, el Congreso Nacional empezó a rodar hacia los lodazales, nombrando funcionarios importantes, como el Procurador General, en un ambiente de absoluta ilegalidad. Hasta que el presidente del Congreso Nacional, en condición usurpadora, llegó al extremo de nombrar a su antojo una pseudo Comisión Permanente, que solo correspondía hacerlo al pleno de la cámara legislativa.
En toda esta cadena de barrabasadas, el Ministerio Público y particularmente la UFERCO, brillaron por su ausencia, para hablar en forma elegante, dicho en lenguaje castizo, el Ministerio Público y la UFERCO se hicieron los locos, porque eso no se los había indicado el alto mando de PLR. Hoy, el escándalo es que de nuevo emplazan al exalcalde y excandidato nacionalista Nasry Asfura, que, a decir de su defensa legal, los cargos que se le imputan ya los había afrontado y los pudo sortear conforme los procedimientos legales. Al mismo tiempo trasciende que hay indicios que también será imputado el exjefe de las Fuerzas Armadas, Romeo Vásquez.
La ley tiene un carácter general, pero cuando se aplica de manera selectiva por interés del sector gobernante en contra de los adversarios políticos o críticos del gobierno, convierte a los fiscales en verdugos, y estos caen en la arena movediza del abuso de poder, con lo cual dejan de ser fiscales para transformarse en delincuentes, sobre los cuales, una vez que la democracia recupere su musculatura, les caerá el brazo de la ley para deducirles responsabilidades. El Derecho, ante todo es un derecho humano, y por tanto no puede haber en la aplicación de la ley el malsano propósito de poner la institucionalidad del Ministerio Público al servicio del partido gobernante para usarlo como instrumento de venganza.
Podríamos enumerar varios casos más donde la ausencia del fiscal Luis Santos es notoria, porque quienes son los protagonistas de violar la ley son miembros del PLR, partido que se roba el corazón del fiscal Santos. Es terrible para un fiscal importante como el de UFERCO, que le tengamos que decir vía mediática que actúa de una forma autómata, siguiendo las instrucciones del alto mando del PLR, partido al que le debe el gran favor, por la generosidad de mantener en cargos públicos a alguno de sus familiares.
Pero en todo esto, la conducta del fiscal Luis Santos y de cualquier otro fiscal, orientadas a la persecución de los adversarios políticos del PLR, aísla más al gobierno, al agrandar los señalamientos de corrupción que le pesan mucho, tanto dentro como fuera del país.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy viernes 11 de octubre de 2024.