ESPEJISMOS DE POPULARIDAD

Ante la proximidad del 9 de marzo cuando los hondureños nos abocaremos a elegir los candidatos de los tres partidos, todas las encuestas que se practicaron antes de la prohibición apuntaban mejor a los diferentes aspirantes que han movilizado miles de seguidores en varias ciudades del país. Ha sido una costumbre que las concentraciones sean un termómetro para medir el calor del entusiasmo, y en parte lo son, pero por muchas personas que se congreguen en los diferentes lugares, una concentración es un espejismo de popularidad que no debe llamar al engaño a los candidatos. Los dos aspirantes liberales que más respaldo han demostrado tener en las encuestas y en las concentraciones, Jorge Cálix y Salvador Nasralla, han dado muestra de tener buena organización, además de que ambos son los que más se han movilizado en el país.

El aspirante nacionalista Nasry Asfura es el que demuestra tener más respaldo en el nacionalismo, las encuestas lo dan como favorito, seguido a corta distancia por Ana García, que tiene el respaldo del «juanorlandismo», aunque esto pareciera no ser tan determinante, si vemos la fuerza que demuestra Nasry Asfura, en concentraciones que lleva cabo casi a diario en todas las ciudades. No hemos visto una concentración que pudiera levantar expresiones de admiración en el movimiento del periodista Jorge Zelaya, a pesar de que ha trabajado con ahínco, presentándose como la alternativa fresca para transformar al Partido Nacional. El PN sigue siendo una masa política conservadora y a estas alturas del siglo XXI no da señales de apartarse de su línea tradicional. Si el expresidente JOH resultara favorecido con un indulto por el presidente Donald Trump, habría una especie de terremoto interno en el PN, pero hasta tanto eso no suceda, todos los análisis que se hagan van a girar sobre la inmensa nube de popularidad que favorece a Asfura.

En el PLR, las elecciones primarias no tienen trascendencia, en este partido todo está escrito y dicho en favor de la que ya es la candidata oficial de este partido, Rixi Ramona Moncada, que tiene a su favor y en contra lo bueno y lo malo que ha cosechado el Gobierno de Xiomara Castro. Si por las concentraciones pudiera medirse la fuerza de un candidato, como las convocatorias de Rixi Moncada han resultado muy pobres, por deducción podría creerse que Rixi Moncada no ha levantado entusiasmo y que la alta dirigencia del PLR tendría dos opciones: acudir a otra figura política que además del voto de la militancia del PLR, pueda atraer el voto de otros sectores, o, pensar que mediante un «artificio mágico» se pueda superar el voto efectivo de los adversarios liberal y nacionalista. En el PLR se maneja como estribillo electorero que para el PLR la única opción es quedarse en el poder, lo que implica interpretar que el PLR recurrirá a todo, lo que se dice «todo» para ganar. 

Si la dirigencia de los partidos Liberal y Nacional, además de la gimnasia política que les está haciendo sudar las elecciones primarias, no están analizando la segunda parte del evento, que es aquella que está por encima o por debajo de las urnas, es porque están desenfocados y la vista no les permite ver los riesgos de un resultado que al final no represente la voluntad del electorado.

Una de las derivas de estas próximas elecciones es el desarrollo de habilidades comunicativas que tiene el PLR, que cuenta con una asesoría experimentada de extranjeros de varias nacionalidades (venezolana, mexicana, española y cubana) que tienen una enorme capacidad para ganar simpatía mágica de los votantes. Si los dirigentes liberales y nacionalistas siguen creyendo que estas elecciones las podrán ganar de la manera convencional, yendo cada partido por su lado, se quedarán como espectadores eternos, porque el PLR una vez consolidado con un segundo periodo consecutivo, se fincará en el poder de manera indefinida.

La magia del PLR la tiene Mel Zelaya, con la complicidad y cercanía de sus camaradas venezolanos y mexicanos, que son sus maestros, que le han enseñado a desarrollar un aparato con sofisticadas técnicas soportadas en la inteligencia artificial, con todo el poder para dominar un proceso electoral con la única consigna de ganar. Si los dirigentes liberales y nacionalistas son incapaces de poder interpretar este escenario que se avecina, que pinta con claridad lo que sucederá en Honduras en las próximas elecciones, y se pierden solazándose con las deliciosas concentraciones, es que estarán conformes con quedarse formando la oposición eterna que nunca más volverá a gobernar.

Si creen que por las concentraciones y las multitudes que acarrean de un lugar a otro los diferentes candidatos, no hay porque preocuparse, entonces todo estará dicho y el PLR tendrá toda la razón para seguir manteniendo el discurso de que Rixi Moncada será la próxima presidenta, porque al PLR no le importa que las manifestaciones de Rixi sean flacas, porque ellos si saben interpretar que las concentraciones y manifestaciones solo son espejismos de popularidad, porque para ganar una elección en estos tiempos de la inteligencia artificial y los ‘fake news’, más que la popularidad cuenta el factor artificio, que tiene más de 12 connotaciones que concluyen en el engaño.

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy viernes 21 de febrero de 2025.