FOTO CORTESÍA DIARIO LA PRENSA
El pueblo, o los pueblos, no tienen un solo marbete ni un solo color. El pueblo es la masa de habitantes, indeterminadamente, el pueblo es la base de una sociedad. Cuando una multitud como la que vimos en las calles el sábado anterior, sale a manifestar su desacuerdo y su disconformidad con el gobierno y el orden de cosas, no hay sector, ni gobierno, ni partido político, que lo pueda descalificar. El pueblo es el pueblo, no importa que sea la mayor parte, la mitad de la población de un país o solo una parte de esa población. Cuando hay una manifestación multitudinaria como la que se desplazó el sábado, fueran 25, 30 o 50 mil personas, o las que hayan estado, porque cuando hay una manifestación tan masiva resulta impreciso cuantificar la exacta cantidad de personas, lo esencial es que nadie, con un poquito de sentido común, puede atreverse a etiquetar ese enorme conglomerado con un color determinado, excepto que, quien se atreva a hacerlo es porque padece de miopía o de tartamudez mental.
La marcha no mostro en ningún momento el espíritu destructivo con que han actuado las grullas vandálicas que recientemente han quemado millares de llantas, atacado inmuebles públicos y privados, incendiadas instalaciones de representaciones diplomáticas de países amigos y otra cantidad de barbaridades. Las manifestaciones de LIBRE han sido protestas salvajemente violentas, con el objetivo de crear un clima de zozobra, provocando tal incertidumbre que el gobierno cedió a varias exigencias entre ellas la instalación de una misión contra la corrupción y la impunidad. Todas las manifestaciones de LIBRE han tenido el objetivo de acabar con el modelo de democracia liberal y economía de mercado, que es el modelo en que hemos vivido, y una vez asumido el gobierno, en cada paso, la administración de Xiomara Castro no oculta su intención de estrangular la economía.
El éxito de la marcha convocada por el Bloque de Oposición Ciudadana debe hacer reflexionar al Gobierno de Xiomara Castro, como se lo ha pedido su exministro de Seguridad, Ramon Sabillón. Toda la simpatía que los hondureños le demostraron a Xiomara Castro en las elecciones del 2021, hoy se le ha vuelto en contra. Son ciegos por sectarismo los que creen que todos los miles de personas que marcharon el sábado anterior eran nacionalistas. Con ese discernimiento preñado de sectarismo, los dirigentes de LIBRE quieren hacer creer que le hacen un enorme favor al Partido Nacional, al encumbrarlo intencionalmente para colocarlo en la posición de «gran enemigo», y tenerlo como el gran adversario a vencer, creyendo que con ese ardid engañan a los lideres del Partido Liberal, que antaño hicieron del odio a los nacionalistas, su razón de vivir.
Pero, ese odio ancestral de los liberales contra los nacionalistas ya no tiene sentido, porque quien quiere destruir al Partido Liberal es Mel Zelaya, por su ideal de tener al Partido Liberal como una pequeña subsidiaria de LIBRE, con lo cual Mel Zelaya piensa que dejaría en desventaja a los nacionalistas, hasta desaparecerlos del mapa, un anhelo diabólico pero totalmente equivocado, porque en medio de la polarización mundial Honduras no es una isla, sino parte del contexto mundial. Aquí también ya está planteada la lucha entre la izquierda y la derecha, y los hondureños de derecha hoy no están solo en el Partido Nacional, también en los liberales hay miles de personas con tendencia conservadora que nunca apoyarán a LIBRE y sus ideas de izquierda.
Cuando ciertos dirigentes del Central Ejecutivo del PL expresan que nunca pueden estar del lado de los cachurecos, exhiben una ignorancia espantosa, porque en el momento que vive Honduras, el único enemigo en el escenario para los liberales es el que quiere destruir el modelo democrático, y para lograrlo se ha propuesto destruir a sus principales rivales, comenzando por el Partido Liberal, que a pesar de ser la institución política más antigua, por el desgaste del tiempo hoy es el partido político más débil, quizás por la escasez de buenos lideres, que es lo que tiene boqueando al liberalismo.
Insistimos, que en la marcha del sábado no fue predominante ningún partido, hubo una manifestación variopinta, donde hubo la diversidad de militantes de uno y otro sector, una verdadera marcha multiforme, mezclada, diversa, abigarrada, por lo que ningún partido ni dirigente se pueden atribuir el éxito de la enorme congregación de personas, que por un testimonio fiel que obtuvimos, la marcha comenzó inicialmente pobre, encabezada por unas 150 personas frente al Polideportivo, pero en la medida que avanzaba se fue nutriendo de ciudadanos que salían de todos lados, hasta convertirse en una autentica rebelión de multitudes. Esto solo pasa cuando es el pueblo en masa el que sale a la calle para decirle a un gobierno autoritario: ¡YA BASTA! Porque hoy, el YA BASTA está justificado y más presente que nunca.
Sin embargo, la lección más lamentable fue la de los dirigentes liberales que prohibieron a sus militantes marchar en una manifestación del pueblo, con lo que dieron a entender que los liberales no forman parte del pueblo-pueblo, que fue el que marcho el sábado. Ese oportunismo o cobardía moral, hace que la dirigencia del PL, equivocadamente, renuncie a enfrentarse con la izquierda radical que predomina en LIBRE, que es el verdadero enemigo del Partido Liberal.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy martes 22 de agosto de 2023.