La ratificación de la sentencia contra la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner sienta un precedente en la aplicación de la justicia, que pone a la Argentina en la cima de la ejemplaridad, porque, a pesar de haber sido una nación con una economía pujante, figurando entre los seis países de mayor crecimiento en los años 50, con el ascenso al poder de Juan Domingo Perón y su esposa Evita de Perón, el modelo político populista llevó a Argentina al abismo, convirtiéndolo en una mezcla de alegría y tristeza. La alegría la han mantenido los argentinos con el fútbol de Maradona y Leo Messi, mientras que la tristeza se la dieron los gobiernos peronistas que tuvieron la desdicha de transformar a Argentina en un país de contrastes negativos, con barrios residenciales, pero con más barriadas donde campea la pobreza y la miseria.
El predominio del matrimonio formado por Néstor y Cristina Kirchner terminó de fundir a los argentinos, cuando ese país cayó por el tobogán de la miseria, que en los años 50 era algo impensable por los altos niveles de bienestar que había alcanzado Argentina. Con el inicio en política de los Kirchner en los años 90 surgió la práctica del chantaje político al estilo mafioso. Es anecdótico el relato del periodista argentino Jorge Lanata, célebre por mantener su espíritu crítico contra el kirchnerismo. En uno de sus libros, Lanata describe en un pasaje impresionante la forma cómo los Kirchner intimidaban a los empresarios para forzarlos a que les financiaran los gastos políticos. El estilo mafioso de Néstor y Cristina era demasiado gansteril: «vamos a entrar a la política y necesitamos mucho dinero».
Allí comenzó el estilo mafioso de hacer política, un esquema que fue manejado con el suficiente descaro por Néstor y Cristina Kirchner, hasta desembocar en el cometimiento de miles de delitos que han sido leídos en la sentencia del juez del tribunal que ha confirmado a Cristina la pena de seis años de prisión e inhabilitación para ejercer cargos políticos de por vida. El periodista Jorge Lanata tiene una descripción severa para Cristina, al llamarla «la ladrona de América», una parodia que recuerda el orgullo argentino que exacerba que todo lo de ese país es lo mejor de América. Así, Libertad Lamarque, en su tiempo era la novia de América, Maradona era el mejor de América y Leo Messi el mejor del mundo. Cristina Fernández, por su trayectoria política oscura fue llamada por Lanata con toda razón: «la ladrona de América». Y Lanata, como buen argentino, no se podía quedar atrás, dijo cierta vez que Cristina no se robaba a la Argentina entera porque no le cabía en el bolso.
Sin embargo, semejante reputación no era por mala voluntad contra Cristina, es que la señora Cristina Kirchner hizo méritos por sus fechorías de gran dimensión, que al ser leídas en la sentencia del tribunal ha dejado con la boca abierta al ladrón más esmerado de estos lados. Los delitos de Cristina no se cuentan por centenares, se cuentan por miles, por lo que el caudal acumulado producto del saqueo de los Kirchner es multimillonario. Y sin embargo, Cristina tiene también miles de seguidores, que son las masas dependientes de las dadivas que el kirchnerismo sigue entregando en las barridas argentinas, comenzando en la capital Buenos Aires.
Cristina no es hueso fácil de roer, su séquito de abogados introducen decenas de recursos aprovechando los recovecos que siempre tienen las leyes, por donde los abogados husmean como ratones aquellos agujeros legales que permiten aprovechar los descuidos del legislador para buscar una tabla de salvación. Pero mientras tanto, un tribunal de casación ha ratificado la condena de seis años e inhabilitación perpetua para poder ejercer un cargo político.
En Honduras podría no tener capital importancia la condena de Cristina Kirchner, de no ser por la amistad cercana que la Presidente hondureña Xiomara Castro ha demostrado tener con la presidente condenada. Que debe ser algo que debe reparar la mandataria hondureña, porque ahora no se trata de sospechas ni de rumores, hoy Cristina es una convicta sentenciada por un alto tribunal de la justicia argentina, que al leer la sentencia condenatoria ha desnudado la vida delictiva de la expresidenta argentina.
Por respeto y estima a su cargo, igual que para sus electores y la nación hondureña, Xiomara Castro debería guardar distancia de Cristina Kirchner, que de manera precisa y concreta ha sido encontrada culpable de miles de delitos cometidos. En términos legales, la justicia argentina encontró que Cristina Kirchner es una ladrona de oficio, aprovechando su alta investidura política. Como la ha venido definiendo el periodista Jorge Lanata: Cristina «la ladrona de América». Un buen consejo para la Presidente Xiomara Castro es mantenerse a distancia de Cristina Kirchner, por aquello de que «dime con quién andas y te diré quién eres».
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy viernes 15 de noviembre de 2024.