EL GOBIERNO Y LOS ESTRAGOS DE LA VIOLENCIA

A dos años y medio de haber asumido el gobierno, la Presidente Xiomara Castro se decidió a enfrentar los estragos de la violencia, porque lo que estamos viviendo en Honduras no es una situación normal de violencia. Al gobierno por fin le cayó el veinte de que ha sido rebasado con creces por las organizaciones criminales y la delincuencia común, lo que se refleja en los índices de criminalidad. En gran medida se debe, no solo a lo que no ha hecho en materia de seguridad, sino a lo que le ha permitido hacer al orden criminal, al bajar las manos, concediéndole un amplio territorio de acción a los grupos antisociales, para que realicen sus actividades delictivas en desmedro de la sociedad y la población hondureña.

Los grupos delictivos con sus acciones violentas están causando verdaderos estragos en la sociedad, llevándonos al peligroso extremo de una catástrofe social, que termina por incidir en forma negativa en la actividad económica, que cada día se contrae con las consecuencias de un abrumador desempleo, afectando especialmente a la población joven. Lo inquietante de esta reacción a la hondureña, es la estrecha visión para enfrentar a un año medio que termine el período de gobierno de la Presidente Xiomara Castro, lo que ya es una hecatombe social, por la cantidad de personas muertas que se registran a diario en el país.

El acontecer de Honduras transcurre en un goteo de muertes, desde que comenzó el Gobierno de la Presidente Xiomara Castro. La violencia ganó mucho terreno cuando el gobierno le dio la espalda al funcionamiento de las cámaras de seguridad, un mecanismo puesto a funcionar en los gobiernos anteriores que contribuyó para que la policía pudiera contener en gran medida la actividad delictiva. En el momento que el dispositivo de las cámaras de vigilancia dejó de funcionar, los delincuentes se sintieron relajados al saber que no estaban bajo el ojo de la policía.

Se argumentó que las cámaras de seguridad era un negociazo de una familia muy reconocida por lograr los mejores negocios con los gobernantes, y de los cuales se favorecía a la élite del gobierno nacionalista, pero cierto o no ese extremo, la verdad es que al paralizar el funcionamiento de las cámaras de vigilancia, la delincuencia resultó la más favorecida al ensanchar sin límites su campo de acción delictiva, al quedar fuera del foco vigilante, por lo que, es urgente reactivar ese mecanismo de las cámaras, que solo han estado funcionando de manera parcial.

Es preocupante la falta de creatividad del gobierno, al proponer como gran salida la construcción de una mega cárcel para 20 mil reos, queriendo imitar al gobierno de Nayib Bukele, una solución de mediano plazo en El Salvador, pero que en Honduras será una obra de largo plazo, tomando en cuenta el alto nivel de deficiencia que caracteriza al Gobierno de LIBRE. Una cárcel de esa dimensión tardará en construirse de 4 a 5 años, cuando ya la Presidente Castro estará formando parte de la historia. 

Todas las demás medidas anunciadas por el gobierno en el Consejo de Defensa y Seguridad debieron tomarse desde el principio de la administración, por lo que proponerlas cuando ya va entrando a la recta final, es admitir una terrible irresponsabilidad, cuando los grupos antisociales están muy por encima de la capacidad operativa del cuerpo policial. A estas alturas, por la concesión anacrónica del gobierno de dejar hacer, dejar pasar, Honduras ya es un paraíso donde las organizaciones delictivas están realizando las más lucrativas actividades ilícitas.

Si hay una lección que aprender en el Gobierno de Xiomara Castro de esta tragedia que es la mortandad diaria, es que es necesaria una acción combinada de la Policía y las FFAA, como se venía haciendo en los gobiernos anteriores, que, aunque criticada por LIBRE desde la oposición, daba resultados concretos. Una mega cárcel para 20 mil reos, que se pretende construir a matacaballos, con la excusa de ser una obra de emergencia, haciendo todas las compras por la vía directa y rápida, desatará una ola de corrupción que hará de LIBRE un gobierno altamente corrupto, más lo que ya se le empieza a descubrir.

Por lo demas, la realidad es que en estos momentos en Honduras hay más de 20 mil delincuentes. Si el Gobierno de LIBRE solo ve la solución en las mega cárceles, entonces, deberá hacer planes para 4 cárceles más de esa dimensión, con el consiguiente enorme riesgo de autodestrucción política, por el manejo de dinero a manos llenas en obras, con compras directas. Estas salidas concebidas con la mentalidad populista, por supuesto que sepultan las mínimas posibilidades de instalar la CICIH.

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy lunes 17 de junio de 2024.