
Si los hondureños hubieran votado el 2021 para que el Partido LIBRE tuviera el control del poder en forma absoluta, habrían apoyado en forma mayoritaria a los diputados de LIBRE, para que LIBRE dominara todos los poderes públicos, pero no fue así. El pueblo hondureño votó con mucho discernimiento en las últimas elecciones, respaldo a Xiomara Castro para la Presidencia de la República, pero distribuyo el voto entre los diputados de los cuatro partidos, de manera que los tres partidos que pasaron a la oposición: Partido Nacional, Partido Liberal y PSH, recibieron un mensaje contundente del electorado para que se agruparan en un bloque de oposición y de esta manera garantizar el funcionamiento del sistema de pesos y contrapesos. Y esto es lo que tenemos actualmente en Honduras.
El diputado Rasel Tomé, con un pensamiento extraviado, quizás por la ceguera que le provoca el sectarismo, dice que el pueblo voto por LIBRE para que asumiera todo el poder público, quizás también porque Rasel tiene pendiente la asignatura de la aritmética elemental, y eso no le permite entender que la oposición tiene la mayoría en el Congreso Nacional por mandato del electorado hondureño. Este es el quid del asunto, los hondureños le dieron el voto a LIBRE para que asumiera la Presidencia de la República, pero a la vez distribuyo el voto entre los diputados de los demás partidos para que el parlamento hondureño fuera, significativamente, la otra parte del poder en manos de los partidos de oposición.
El voto del electorado hondureño fue contundente y clarísimo con el respectivo ordenamiento constitucional: Partido Nacional 44 diputados, PL 22 diputados y PSH 10 diputados. Frente a esta realidad del parlamento hondureño, es una niñería alegar que LIBRE gano todo el poder. LIBRE tiene que acostumbrarse a buscar acuerdos con la oposición parlamentaria que es mayoría, y no pensar, de manera equivocada, que lo que no consiga por la buena, lo buscara por las malas. Aunque por determinadas situaciones hay diputados descarriados en la oposición, entre nacionalistas, liberales y del PSH, que por momentos se sublevan contra sus respectivos ordenamientos políticos, desmarcándose de la disciplina de su respectivo partido, aunque pronto han comprendido que quedar en la triste situación de tránsfugas es lo más indignante para cualquier político.
En el bloque de oposición se han aliado los partidos que tienen afinidad por la defensa de la democracia, ningún partido tiene la cabeza, los tres son significativamente defensores del cumplimiento de las leyes, algo que no es compartido por LIBRE, que no oculta la ambición de instaurar un proyecto político de largo plazo, como el de Venezuela, Cuba y Nicaragua. La naturalidad con que el diputado Rasel Tome sobrelleva su teoría del poder absoluto, lo hace caer en la contradicción mayúscula de pensar de que si los electores votaron para que Xiomara Castro fuera presidente del Ejecutivo, también les concedió el derecho a tener el predominio en el Congreso Nacional, donde quedaron en minoría. Es evidente que Rasel Tomé necesita volver a la escuela a aprender la aritmética sencilla, del 2 más 2 son cuatro, y 2 por 3 son 6, hasta entender que 74 es mucho mayor que 52.
Los diputados liberales, nacionalistas y del PSH integran una coalición parlamentaria, que no es ninguna alianza política, pero que en este momento forman un eje que es el factótum de una natural correlación de fuerzas políticas capaces de mantenerse en pie para garantizar el sistema de pesos y contrapesos, de manera que el Gobierno de LIBRE no se apodere de todo el país. Esta es la teoría planteada en «El Pasillo Estrecho», donde el gobierno, actuando como el monstruo del Leviatán, no puede imponerse a la sociedad, porque en esta se aglutinan los sectores de oposición y la sociedad civil como la sociedad en general.
El gobierno pretende avanzar en su propósito de controlar todo el poder, para ello tiene sus ministros y una serie de actores particulares que se dejan comprar para disfrutar el poder, pero en la sociedad hondureña quedamos: los partidos de oposición, las organizaciones de sociedad civil y los medios de comunicación independientes que jugamos un papel esencialmente crítico. La coalición parlamentaria no es una coalición paralela a determinado partido político, nace porque los partidos se agrupan para enfrentar al Leviatán, el monstruo en que se convierte el gobierno cuando quiere devorarnos a los demás sectores de la sociedad.
El discurso del diputado Rasel Tomé pretende enredar todo lo que puede, diciendo que al ganar el Poder Ejecutivo, el pueblo le dio a LIBRE carta blanca para quedarse con los demás poderes y controlar en forma absoluta todo el sistema, pero no es así, porque en el voto para diputados el electorado se negó entregarle a LIBRE el poder absoluto. La mayoría de LIBRE es una quimera porque la verdadera mayoría es la parlamentaria, donde la oposición domina y ahora las encuestas revelan el enorme declive de Xiomara Castro y de LIBRE, mientras que la mayoría de los encuestados pide un candidato de coalición, con capacidad de cerrarle el paso a un proyecto de izquierda que nos lleve a un estado lamentable similar al de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Esto significa que la inmensa mayoría del pueblo hondureño reclama a los sectores de oposición que, para las elecciones del 2025 no vayan como partido, sino en una coalición que nos garantice un gobierno de pleno derecho democrático.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy martes 5 de septiembre de 2023.