EL ARTE DE INFLAR

Ningún personaje de la política hondureña sabe ponerle la tapadera al pomo como don Pepe Lobo. En el 2009 fue el primero en los mentideros de la política, que tuvo claridad para advertir que Mel Zelaya quería quedarse. Lo dijo con certeza, pero también aprovechó con habilidad aquella coyuntura para dividir al Partido Liberal y ganar aquellas elecciones tan sui géneris, y que, de acuerdo al criterio del pensamiento cuasi general, convenía que las ganara el Partido Nacional. Esta vez, Pepe Lobo ya casi retirado de la política, pero no ausente del todo, ha entrado al ruedo para pegar un botón mayúsculo, al confesar que Mel Zelaya le propuso en el 2005 que inflaran los resultados debido a la escasa concurrencia que había en las urnas. En efecto, aquel 2005 el electorado hondureño estaba deprimido en sus ánimos, decepcionado de los políticos por los malos resultados de los gobernantes. Lo que no especificó Pepe Lobo es quién le puso más votos a las urnas, si los nacionalistas o los liberales, o si el acuerdo entre ambos fue un empate en los votos inflados.

Esta vez, sin duda que no hubo acuerdo, porque ahora hay un tripartidismo, y no un bipartidismo como hace gala de su ignorancia Marlon Ochoa. Entre tres, este tipo de acuerdo no contiene, por lo que, un «inflamiento» de urnas es una iniciativa del partido gobernante, que tiene la manija de todos los fierros del poder. Estas Elecciones Primarias solo le servían al PLR para cumplir dos objetivos: 1) inflar las urnas para hacer aparecer a la nada simpática candidata Rixi Moncada como la «más votada», algo que ni los mismos militantes del PLR se lo creen, lo que se explica por la gran cantidad de votos autoanulados o dejados en blanco, una manera expresa de demostrar su inconformidad con el partido y con la candidata; y 2) usar el ardid de esconder las urnas contando con el apoyo de los militares, para desanimar a los electores liberales y nacionalistas, para que desesperados por la ausencia de los materiales electorales, se marcharan sin votar. 

El primero de los objetivos se cumplió casi a cabalidad, porque durante el día de la elección las urnas del PLR estuvieron escasamente concurridas, merced a que su membresía no ha crecido, esto explica que quienes llevaron los votos aplicando tarjetas de identidad que lograron controlar, tuvieron tiempo suficiente para no cometer errores en las papeletas, por lo que el PLR casi no tiene inconsistencia en las actas. Es obvio, que quienes hicieron la tarea del «llenado» de las papeletas, dispusieron de todo el tiempo para lucirse con una especie de pulcritud electoral, llenando cada voto de una manera impecable, de manera que no hubiera voto marcado por la susodicha inconsistencia, que surge cuando el elector una vez solo, «enfrentado» a la papeleta, sufre una especie de atolondramiento y una duda de segundos lo lleva a cometer errores.

Este atolondramiento no les sucedió a los del PLR, porque tenían la ventaja de contar con el tiempo a su favor, para llenar las papeletas hasta con letra caligrafiada; por supuesto que no se requiere ser el genio de la mesa cuadrada para llegar a esta conclusión. Por lo que es absolutamente válido creer que Rixi Moncada no fue la candidata más votada, pero sin duda que fue la candidata más inflada, y como esto ya lo maneja a la perfección el electorado del PLR, hay quienes en este partido dicen con una sorna de espanto, que Rixi es puro aire, y como tal, el viento se la llevara cuando venga una corriente más fuerte.

El ardid de esconder las urnas lo puso en práctica el chavismo en Venezuela con el apoyo de los militares chavistas, por lo que, lo que hizo el PLR en Honduras con el apoyo de los militares, fue una copia al papel carbón. Fue una jugada tan cínica, a la que se prestó el alto mando de las FFAA, que los conductores de los buses cargados con las urnas, ni siquiera tuvieron el cuidado de ocultarse a la vista del público con la carga electoral. A eso se debe que hay decenas de testimonios filmados en los que se ve a los militares manipulando las urnas y demas material, en una operación escondite, al cual juego tradicional que jugaban las niñas en las décadas pasadas: «esconde, esconde el anillo».

En este momento lo crucial es que el CNE acelere el conteo de votos para hacer la declaratoria de los resultados de las Elecciones Primarias como lo establece la ley. Es obvio que hay un marcado interés por distraer a las concejales Cossette López y Ana Paola Hall como son obvios los intereses mezquinos y apátridas de sujetos políticos intentando boicotear el conteo. Para eso usan las maniobras del Ministerio Público, queriendo sacar de su trabajo a las concejales López y Hall, porque la consigna del PLR es ralentizar el conteo, especialmente cuando ven que en las urnas escrutadas la candidata Moncada obtiene menos votos que sus contendores.

La conclusión final es que: ni inflando las urnas, la candidata puede obtener la mayoría que pregonan, porque el ardid de esconder las urnas, les resultó solo parcialmente, cuando la mayoría de los electores, enardecida al ver aquella «chanchada electoral», se mantuvo firme en los centros de votación hasta que llegaran las urnas. Todos esos electores, son verdaderos héroes, porque desde ese momento concitaron a todos los hondureños a acudir masivamente a las urnas el próximo noviembre. Esto, por supuesto, tiene temblando al PLR.

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy lunes 24 de marzo de 2025.