Los resultados que arrojan las pruebas que se practican, para conocer el rendimiento de los estudiantes en el sistema educativo, cada vez son más decepcionantes, aunque en honor a la verdad, esperar resultados positivos, sería un engaño, cuando el Estado, a través de la Secretaría de Educación, no se ha propuesto trabajar con énfasis para mejorar el aprendizaje de los contenidos, muchos menos se han esmerado en mejorar los métodos de enseñanza. En este último gobierno ha habido un abandono del sistema educativo, cuando el actual ministro, profesor Daniel Sponda, ha dejado en los gremios magisteriales la conducción de la educación hondureña, algo que se ha descartado en la mayoría de los países por el inconveniente de la sectorización de los profesores, como lo anticiparon hace muchos años los franceses y los estadounidenses, cuando encontraron que el mayor desafío para mejorar la educación es el reto de gobernar la educación.
Con los colegios magisteriales en la conducción de la educación, hemos retrocedido a los tiempos post revolución francesa, cuando los gremios se impusieron en la dirección del sistema educativo en varios países, con el consabido fracaso, porque los profesores que son el alma de la enseñanza, dado el problema de la politización sectaria en que viven sumergidos, no son los adecuados para gobernar la educación. Una cosa es enseñar y otra muy diferente es gobernar el sistema, y en el Gobierno de Xiomara Castro, el ministro Sponda ha cometido el error mayúsculo que cometieron los franceses y los estadounidenses el siglo antepasado.
Miren nuestros compatriotas, con qué notable atraso se trabaja en Honduras el fundamental problema de la educación, mientras franceses y estadounidenses descubrieron el siglo antepasado que lo más inconveniente es poner el sistema educativo en manos de los dirigentes magisteriales, el ministro Daniel Sponda incurre en el error de confiar la educación en una dirigencia magisterial que está corroída por todos lados, por el sectarismo político, por la corrupción en los colegios magisteriales, donde la disputa de los dirigentes no es por debatir como se trabaja en contribuir para mejorar la educación, sino como se controla cada colegio magisterial para manejar las cuentas bancarias donde se depositan los pagos de las cuotas de los afiliados.
Durante el período del ministro Marlon Brevé, en el primer gobierno de Mel Zelaya, colaboramos como voluntarios en popularizar las metas EFA (Educación Para Todos) que propenden cuatro pasos fundamentales: que los niños ingresen a la escuela a los seis años, que egresen del ciclo básico (3er. grado) a los nueve años, que la escuela y la comunidad trabajen por evitar la deserción de los alumnos haciendo que los niños que desertan, regresen a la escuela para concluir el 9no. grado y que los profesores pongan énfasis en las asignaturas elementales de matemáticas, español y ciencias naturales.
Durante la administración de JOH, con el grupo de colegas del Consejo Editorial de Canal 10 propusimos el debate educativo nacional, para discutir las ideas fundamentales y los principios normativos, igual que el desafío de la aplicación, pero el ministro de Educación de ese gobierno, que no sabía nada de educación ni tenía compromiso con la educación de los niños, con su indiferencia rechazó el debate y el gobernante tampoco se interesó en la propuesta del grupo de profesionales, que desinteresadamente nos proponíamos contribuir para salir de la crisis del modelo burocrático que hay en la Secretaría de Educación, que es en gran medida el factor responsable del estancamiento que sufre nuestro sistema educativo.
En realidad, el sistema educativo hondureño no tiene agenda para el futuro, cuando nuestro país está a la cola en materia tecnológica, mientras la inteligencia artificial avanza a grandes zancadas, amenazando con hacer desaparecer a países como el nuestro, que tiene un mínimo porcentaje de la tecnología digital aplicada en las aulas escolares. Al dejar la educación en manos de los colegios magisteriales, como sucedía en Francia y EEUU a finales del siglo antepasado, el Gobierno de Xiomara Castro se aferra a la tradición olvidada, pensando que los dirigentes magisteriales son la solución del sistema educativo, cuando siempre han sido el mayor problema que trabajan en contra de mejorar la educación de nuestros niños.
Por lo tanto, los malos resultados de los estudiantes que siguen arrojando las pruebas, solo confirman que la Secretaría de Educación, de la forma más irresponsable, fomenta un sistema educativo donde se educa para estancarse.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy miércoles 17 de abril de 2024.