DOS RECTIFICACIONES Y DOS ATROPELLOS

La conducción del Gobierno de la Presidente Xiomara Castro se mueve en un zigzag, que, cuando da un paso adelante casi siempre no puede evitar dar dos pasos para atrás, lo que no le permite avanzar y posicionarse con una buena imagen que le haga ganar más reconocimiento. Aunque forzado por las circunstancias, el Gobierno del PLR envió dos señales importantes esta última semana, en primer lugar al haber desistido de montar la reunión de CELAC, un evento que, además de inoficioso era contraproducente para el gobierno y para Honduras, sobre todo porque en las cámaras, varios congresistas percibían que el Gobierno de Xiomara Castro tenía la osadía de confrontarse con el gobierno de Donald Trump.

La primera señal fue cuando el canciller Eduardo Reina anunciara la renovación del acuerdo que mantiene la vigencia del convenio para el funcionamiento de la base de Palmerola, fue lo más sensato del gobierno, porque consiguió calmar las aguas embravecidas de Washington, en el momento preciso que se iniciaba la cacería de inmigrantes indocumentados en EEUU. La revelación del canciller Reina aplacó los malestares en los círculos de poder en la capital estadounidense. La segunda fue la prudencia del gobierno al aceptar que los deportados hondureños sean transportados en aviones militares con todas las reglas disciplinarias. A esto sí que se le puede llamar «poner las barbas en remojo». Debemos celebrar ambas manifestaciones de prudencia, porque usar la inteligencia no es asunto de debilidad. Y el ejemplo lo está dando la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum.

Entre el gobierno de Donald Trump y el Gobierno de Xiomara Castro hay una situación que se puede observar con absoluta claridad: el gobierno de Trump ya decidió que el ninguneo será el tratamiento que dará al gobierno hondureño de Xiomara Castro. La posición altanera que mantuvo el Gobierno de Xiomara Castro durante tres años con el gobierno de Biden, obviamente muy mal aconsejada, la llevó por la ruta equivocada de despreciar una gran cantidad de apoyo que privó a los hondureños de enormes beneficios que hubieran contribuido al bienestar de miles de personas. Esa cantidad de desprecios está registrada en Washington, más el hecho de la ruptura con Taiwán, que es considerada una afrenta contra EEUU, sin duda que indispone a Trump, que no es un político cualquiera, que para nada se parece a los demócratas.

Estas dos rectificaciones, sin embargo, merecen ser reconocidas, como atenuantes importantes que le pueden aliviar al Gobierno de Xiomara Castro la molestia del Tío Sam, que no concibe que un aliado pequeño, al que le ha inyectado una buena cantidad de apoyo durante muchas décadas, ahora le resulte un respondón mal agradecido que muerde la mano benefactora del país amigo que ha sido prodigo en apoyos y ayudas durante tantos años.

Al Gobierno del PLR no le ajusta el tiempo para equivocarse, ha cometido dos atropellos a la libertad de prensa, al pretender imponer la ley bozal a dos medios que han hecho denuncias sobre dos situaciones que, por ser parte del contexto administrativo, no pueden quedar fuera del alcance de la crítica. Dos medios colegas, El Heraldo y Hondudiario, han elevado sus respectivas quejas al ser objeto de demandas por sectores oficiales por publicaciones que se hicieron en el marco de la responsabilidad. La reacción oficial de silenciar a los medios críticos, es la clásica salida del autoritarismo que se molesta cuando la prensa se atreve a contarle las costillas.

Hasta ahora el Gobierno del PLR no cargaba contra los medios por la función critica que realizan, este período de paz queda interrumpido por dos instituciones del gobierno que sienten que sus pétalos delicados se los tronchan las críticas. Esto expone al Gobierno de Xiomara Castro como un régimen sensible que no está dispuesto a tolerar que nadie, ni periódicos ni noticieros televisivos ni radioemisoras, se atrevan a fiscalizar sus malas ejecuciones. Ambas acciones contra los mencionados medios de prensa son dos lunares en la administración de la Presidente Xiomara Castro, que hasta ahora podía vanagloriarse de no incursionar en el escabroso camino de querellar a los medios por una crítica.

La Presidente Xiomara Castro debe evitar que aquellos subalternos que se alteran por las criticas periodísticas comprometan la trayectoria de su gobierno, que durante tres años ha sabido mantenerse en el punto de equilibrio, resistiendo las críticas de la prensa, sin dar un paso en falso que lo expusiera como un gobierno que en las postrimerías de su mandato incurre en el error de mostrarse desafecto a los señalamientos de la prensa por desaciertos o por actos de corrupción.

Por lo general, el funcionario público que anda en malos pasos es el que toma la mala iniciativa de buscar acallar a la prensa. Compete a la Presidente Xiomara Castro evitar que algunos subalternos que son más picudos que una chinche, expongan a su gobierno como enemigo de la libertad de expresión.

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy martes 4 de febrero de 2025.