CÁLIX ESTREMECE EL ESCENARIO POLÍTICO

La aparición del diputado Jorge Cálix como precandidato presidencial en el Partido Libertad y Refundación, ha sido una especie de sismo político que ha estremecido los cimientos de todo el escenario político hondureño. Respaldado por una apreciable multitud, el lanzamiento de Jorge Cálix exhibió una musculatura respetable, aunado el lenguaje de su discurso, en el que no mostró un ápice de temor, el diputado Cálix entra al escenario con un arrojo político donde no hay el mínimo de reverencia hacia el coordinador de LIBRE, exigiendo el derecho a participar en el marco del respeto y transparencia que debe observar un partido democrático.

Cuando un aspirante de un partido que no es propiamente democrático como LIBRE, se atreve a desafiar al caudillo que actúa como propietario de una empresa, debe estar consciente lo que deberá afrontar para poder aparecer en la papeleta de LIBRE en las próximas elecciones internas. Es casi seguro que, una vez que el diputado Cálix anunció su aspiración de convertirse en el candidato presidencial de LIBRE, en ese mismo momento la familia Zelaya, que es la que ejerce el control absoluto de los destinos del que consideran es «su partido», y del que pueden disponer como quieran, ha de haber trazado la estrategia que no debe ser otra que la de oponerse y truncar las aspiraciones del diputado Jorge Cálix.

Pero el problema para LIBRE es un hecho, porque Mel Zelaya, que ha estado trabajando a profundidad para dividir a la oposición, ahora tiene que ver sus propios adentros, ahora tiene la división dentro de su mismo partido, porque la precandidatura del diputado Jorge Cálix, con el respaldo multitudinario con que apareció, no parece ser cosa de juego, porque no solo reta a Mel Zelaya sino al resto de los sectores políticos. Los liberales deben haber fruncido el ceño y apretado los dientes cuando vieron entre la masa que apoyo el lanzamiento de Cálix, una buena cantidad de banderas rojo-blanco-rojo, la clásica enseña del Partido Liberal, que en buen lenguaje indica que Cálix atrae a muchos liberales.

La repercusión no excluye al Partido Nacional, que también sufre las consecuencias telúricas de la fragmentación, con la aparición de doña Ana García de Hernández como precandidata, que encarna al sector «juanorlandista», que no es poca cosa. Ahora «Papi» Asfura ya no puede presumir un liderazgo nacional en el PN, como no puede pensar en lanzarse a una campaña electoral contando con un nacionalismo unido, porque el «juanorlandismo» ha reaparecido, interponiéndose con Ana García a la cabeza, reclamando que se le reconozca una cuota grande en el partido cachureco.

¿Y qué tiene que ver Jorge Cálix con los demas, dirán los que no miran más allá de la punta de la nariz? Tiene que ver mucho, porque Jorge Cálix fue el primero en iniciar un movimiento de coalición que lo llevó a ganar la presidencia y la directiva del Congreso Nacional por la vía legal, con el respaldo de 86 diputados como establece la Constitución, a lo que el caudillo de LIBRE respondió con el mecanismo de la violencia y la arbitrariedad impidiéndole que asumiera la dirección del Congreso Nacional. Hoy, el diputado Jorge Cálix, que demuestra tener mucho pelo político en el pecho, se coloca en una posición de vanguardia, proclamándose y a la vez proclamado, virtual candidato a ganar la Presidencia de la República.

La respuesta de LIBRE es la de siempre, Rixi Moncada, que tiene el don de la antipatía, le anticipó la descalificación favorita de traidor, aunque ese término en LIBRE resulta muy ambiguo para usarlo, porque si de traición se trata allí nomás tienen a Salvador Nasralla, que a cada momento les saca en cara la traición de que fue objeto una vez que le ayudó a Xiomara Castro a conquistar la Presidencia de la República.

El surgimiento del diputado Jorge Cálix, anunciando desde la palestra política que será el próximo Presidente de la República, no es un spot de televisión, es la entrada atrevida de un líder que manifiesta en forma contundente su aspiración presidencial, y que, a estas alturas no da oportunidad de arreglos con la dirigencia de LIBRE para deponer su aspiración. En su discurso de lanzamiento lo ha dicho todo: «¡no tengo porque pedirle permiso al caudillo para manifestar mi intención de ser candidato presidencial!». Esto, más que es un anuncio, ¡es un reto! La suerte está echada para Jorge Calix y Mel Zelaya, siguen siendo correligionarios en Libertad y Refundación, ¡nada más que ahora son adversarios dentro de su mismo partido!

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy lunes 15 de abril de 2024.