¡ADIÓS, JUSTICIA!

El dinamismo que muestra el Ministerio Público a través de la UFERCO, renovando acciones contra diputados y funcionarios nacionalistas, aunque corresponde a sus deberes para procurar que se haga justicia, pero aunque no se quiera ver así, tiene todo el tinte político, porque UFERCO, que es dirigida por un miembro del PLR, se especializa en la tarea de procurar todas las acciones de la fiscalía que sean posibles en contra de ex funcionarios del partido adversario más enconado como es el Partido Nacional. La UFERCO se dedica a perseguir solo a los acusados de un determinado partido, pero tiene una venda para no ver los delitos que han sido cometidos en el Congreso Nacional y en varias dependencias públicas del Gobierno del PLR.

La esencia de la UFERCO del Ministerio Público es ocuparse del desenlace de las acciones incoadas contra diputados y exfuncionarios del Partido Nacional, lo cual sería visto con naturalidad por la sociedad hondureña, pero la disposición de mantener apagadas las baterías cuando se trata de funcionarios del Partido Libertad y Refundación, hace ver mal al Ministerio Público, cuando la ciudadanía ve que tenemos un Ministerio Público que etiqueta sus acciones solo contra los adversarios políticos, pero no ve nada anormal en los actos delictivos cometidos en el Congreso Nacional y en algunas oficinas de gobierno.

El Ministerio Público, al politizar sus acciones como lo hace la UFERCO atenta contra la doctrina jurídica universal, que manda por derecho que la justicia sea igual para todos los que han violado la ley y han delinquido contra la sociedad y contra la nación. La UFERCO y el Ministerio Público en general están cambiando el concepto que el mundo tiene de un Ministerio Público y de una unidad especializada de la fiscalía. Este es el problema cuando un gobierno se embroca en el atolladero de la política y nombra como fiscales a individuos que están obnubilados por el sectarismo.

Está bien que la UFERCO dinamice acciones contra los diputados y funcionarios nacionalistas que hayan violado las leyes y cometidos delitos, pero está muy mal que el titular de la UFERCO se ponga una venda en los ojos para no ver que en el Congreso Nacional se violentó la Constitución al imponer por la fuerza y de manera arbitraria al diputado Luis Redondo, que sigue siendo un usurpador de la presidencia, por lo cual deberá ser condenado a prisión cuando deje de ejercer ese cargo.

Cuando los políticos ocupan los cargos relevantes del Ministerio Público, como está aconteciendo en el Gobierno del PLR, se corre el enorme riesgo que se eche abajo el sagrado principio de aplicar la ley para hacer justicia, sin distingos ni consideraciones políticas. Los delitos que se han cometido en el Congreso Nacional son delitos flagrantes, conocidos también en el derecho latino como «delitos de la patada en la puerta» porque quienes los han cometido no se ajustaron en lo mínimo a la Constitución ni a las demas leyes.

En este sentido podemos pensar que la justicia se ha ido de Honduras, o ha huido, igual que miles de hondureños están escapando del estado de insensatez a que nos están llevado tanto el Poder Judicial como el Ministerio Público. Porque hay tramitación de los casos de los nacionalistas, pero UFERCO no muestra el mismo interés contra los miembros del PLR, porque el fiscal de esta unidad, Luis Santos, que es militante del PLR, solo tiene ojos para ver los delitos cometidos en un partido que consideran el enemigo a desaparecer. Pareciera que para el Ministerio Público es fatigosísimo perseguir los delitos cometidos por sus camaradas, pero muy fácil echarle las redes a los cachurecos.

Con su comportamiento sectario, tanto UFERCO como el Ministerio Público le habrán dado vuelta a la tortilla: Honduras pronto dejará de ser un Estado de Derecho para pasar a ser un «Estado de Partido», que es el Estado más vicioso y corrupto, porque significaría que un partido político se ha apoderado de todo el Estado para reinar a sus anchas, con lo cual sin darse cuenta el PLR se habrá desacreditado y habrá cavado su tumba. Porque cuando el pueblo vea que el PLR ha destruido el sistema de justicia y no haya independencia judicial, entrara en rebeldía, provocando una situación que no podrá controlar el gobierno, ni los militares, ni la policía. ¡Tómesenos la palabra! Hagan caso, no pongan oídos de burro. El poder obtenido por la vía democrática es respetable y hasta venerado. El poder usurpado por la fuerza es detestado por los pueblos y aunque los hondureños parecieran ser una nación de pusilánimes, cuando a los hondureños se les mete el diablo, no hay nada que los pueda parar.

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy lunes 25 de noviembre de 2024.