El Gobierno ruso ha decidido prorrogar la prohibición de exportación de gasolina hasta el 31 de diciembre de 2024, una medida que inicialmente debía concluir el 1 de septiembre. Esta extensión busca asegurar la estabilidad de los precios del combustible en el país durante la temporada de alta demanda y las reparaciones planificadas en las refinerías. El decreto correspondiente ya ha sido firmado por el Gabinete de Ministros ruso, que argumenta que la limitación es necesaria para mantener el equilibrio en el mercado interno del combustible.
El embargo, que no afecta a la gasolina destinada a ayuda humanitaria, consumo personal ni a los suministros acordados en tratados intergubernamentales, como con los países de la Unión Económica Euroasiática, se alinea con la política del gobierno para estabilizar el mercado. La medida se reintrodujo en agosto debido al reciente aumento en los precios internos de la gasolina, después de que el Gobierno levantara la prohibición en mayo, al observar una tendencia al alza en los precios que recordaba los niveles críticos de 2023.