El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha decidido mantener sus previsiones de crecimiento de la economía global en un 3,2 % para este año, aunque ha reducido una décima la proyección para 2025. En un contexto marcado por la incertidumbre, la directora adjunta del Departamento de Investigación del FMI, Petya Koeva Brooks, subrayó que los riesgos son predominantemente a la baja, señalando factores como la escalada de conflictos geopolíticos y un posible debilitamiento del mercado laboral. Esta evaluación se presentó en el marco de las reuniones anuales del FMI y el Banco Mundial, donde se discutieron las perspectivas económicas globales.
En cuanto al crecimiento por regiones, el FMI ha revisado a la baja las expectativas para la eurozona, proyectando un crecimiento del 0,8 % para este año y del 1,2 % para 2025. A pesar de esta desaceleración, se observan diferencias notables, como el sólido desempeño de España, que crecerá un 2,9 % este año. En contraste, Alemania muestra un crecimiento nulo. En América Latina y el Caribe, el crecimiento se prevé que disminuya ligeramente, del 2,2 % en 2023 al 2,1 % en 2024, mientras que en Asia, se espera que China y la India mantengan tasas de crecimiento saludables.
El FMI también expresó preocupaciones sobre la elevada deuda, especialmente en países en desarrollo, y la necesidad de consolidación fiscal a mediano plazo. Aunque se anticipa una reducción en la inflación global, que pasaría del 6,7 % en 2023 al 5,8 % en 2024, el FMI advirtió que podrían surgir obstáculos en el camino hacia la estabilidad de precios, lo que añade un nivel adicional de complejidad a las perspectivas económicas futuras.