
El comienzo de la entrega de las maletas electorales es una buena señal de que todo marcha en tiempo y forma para el desarrollo de las Elecciones Primarias este domingo 9 de marzo. Que el material que se ocupa para registrar los votos de los electores esté disponible en las mesas electorales es fundamental, porque en eventos anteriores, hubo de casos a casos, en una ocasión unos centros recibieron las maletas casi a la hora que tocaba abrir los locales de votación y en otro caso extremo que recordamos, hubo locales que no recibieron las maletas a tiempo, sino cuando ya habían transcurrido varias horas en que debía comenzar la votación. Las fallas en su momento fueron imputadas a mala organización del Tribunal Nacional Electoral, y hasta los militares cargaron con su cuota de culpa.
Aplaudimos que el material electoral se esté enviando a tiempo para no incurrir en infelices fallas lamentables por deficiencia de logística, tanto por parte de civiles como de militares, como aconteció en los eventos anteriores que mencionamos. Pero, como el acierto en Honduras es algo que está sujeto a la malicia de la parte que controla el poder, este día los dos partidos históricos han protestado por una posición inadmisible del concejal del PLR en el CNE, Marlon Ochoa, pretendiendo que las actas que no estén respaldadas por el sistema biométrico no serán tomadas en cuenta en el escrutinio general, lo cual es un intento de manipulación que el mismo PLR cuestiono en elecciones anteriores, vicio que ahora quiere imponer con una intencionalidad visible que conlleva el ardid.
Todo el proceso de divulgación de resultados preliminares de los escrutinios de las elecciones está enmarcado en el artículo 279 de la Ley Electoral que es el que rige el CNE, que en forma meridiana establece en su párrafo final: «la divulgación se debe realizar sin ninguna restricción y de manera continua y periódica desde el momento en que el CNE le de inicio, excepto por fuerza mayor». El asunto es que, una vez que las actas son cerradas y el resultado es transmitido por la junta receptora de votos, no debe ponerse ninguna restricción para que se divulgue el resultado. La exigencia del concejal del PLR, Marlon Ochoa, que el resultado no puede divulgarse hasta tanto no pase por el sistema biométrico no se ajusta a la ley, incluso despierta la sospecha de que, al estar controlado el sistema biométrico pareciera que hay un interés supremo porque a través de la biometría los resultados pudieran ir a otro dispositivo. Esto solo es una suposición.
Estas coartadas de última hora dejan el mal sabor que algo mal se está fraguando desde el sector que controla todos los poderes, más sin embargo tenemos la esperanza de que esto no ocurra en el CNE, donde ya hemos reiterado nuestra confianza que las dos representantes de los partidos históricos, Cossette López y Ana Paola Hall, mantengan al organismo apegado con fidelidad al cumplimiento de la ley, evitando manoseos y manipulaciones en torno a interpretaciones tergiversadas, con factores letales como el de retener actas que hayan sido verificadas por las juntas receptoras de votos.
El sistema biométrico es un auxiliar tecnológico, que expedita la transmisión de resultados, pero en ningún momento sustituye al poder que tiene la junta receptora de votos, que es la máxima autoridad en cada mesa electoral, porque en la junta están todos los delegados de los partidos. El sistema biométrico es un mecanismo que contribuye a la seguridad de la transmisión de las actas, pero pudiera haber muchas mesas donde no logren instalarse los aparatos de biometría y sin embargo eso no debe ser óbice para transmitir los resultados de las actas escrutadas. Lo grave es que se retengan esas actas, lo que pudiera crear un problema igual al que se dio en las elecciones pasadas, que le restó credibilidad al evento electoral y puso en precario el resultado de la elección.
Por lo tanto, la pretensión del concejal Marlon Ochoa es atentatoria contra el proceso electoral, y en este caso el consenso del pleno del CNE debe ser sobre el cumplimiento de lo que establece la Ley Electoral. La biometría es importante para la seguridad del resultado, pero este argumento tiene su limitación en los casos donde no hayan podido instalarse los aparatos biométricos, por las razones que fueran. Lo importante es que los ciudadanos ejerzan el sufragio y una vez escrutada la urna y verificada por los delegados de la junta receptora de votos debe procederse a la divulgación del resultado. Retener las actas escrutadas y verificadas por los delegados de los partidos, solo hace levantar sospechas de que algo malo está ocurriendo en el proceso y lo que hasta ahora ha sido bien visto, con el ocultamiento de las actas hace que todo se mire desde el color gris del fraude.
Llamamos la atención de los concejales del CNE: toda maniobra que se hace en los últimos días, especialmente aquello que hace que el CNE se aparte de la ley, despierta la sospecha de que algo malo se está fraguando. La polarización que hemos vivido durante todos estos años no ayuda en estos casos, porque no permite que los sectores politicos tomen acuerdos razonables para zanjar desacuerdos. Solo que en este caso no se trata de diferencia de opiniones, se trata de apartarse o cumplir la ley. El concejal Marlon Ochoa propone un desaguisado, como es retener actas que han sido escrutadas por las juntas receptoras de votos.
Compete a las concejales Ana Paola Hall y Cossette López colocarse del lado de la ley y usar el razonamiento: donde no se instalaron los aparatos biométricos no justifica que se retengan actas debidamente escrutadas. El art. 279 de la Ley Electoral establece expresamente con toda claridad: la divulgación de los resultados se debe realizar sin ninguna restricción y de manera continua y periódica desde el momento que el CNE le dio inicio. Inventar otra cosa conlleva la malicia de que algo malo se está haciendo.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy miércoles 5 de marzo de 2025.