ES LA ECONOMÍA, ESTÚPIDO

De nuevo los hondureños estamos en la ruta política, a escasos treinta días de la celebración de las fundamentales elecciones primarias, en las que los partidos políticos habrán de elegir a sus candidatos para las elecciones generales de noviembre. El evento político de marzo tiene la particularidad de celebrarse en momentos de crisis, pero, aun así, estamos viendo que por inercia los hondureños se sienten atraídos por sus respectivos líderes en los tres partidos, quizás donde menos afecto político hemos observado es en la precandidata del PLR, Rixi Moncada, por sus exiguas concentraciones.

Una cosa que podemos recomendar a los aspirantes es que procuren darle sentido de ciudadanos a las personas que se aglomeran en las concentraciones, y esto se logra con un buen discurso, y un buen discurso es aquel que contiene propuestas formales, planteamientos con respuestas a los problemas del país, porque un mensaje sin propuestas es como un cascaron vacío. Un buen amigo, excompañero de colegio, me llamó para quejarse de los cuatro aspirantes liberales, que al participar en un debate propiciado por una entidad sampedrana, ninguno habló de la necesidad de contar con un programa de gobierno orquestado a través de un plan de nación. Le recordé que, personalmente, estuve involucrado como voluntario, en la elaboración del plan de nación, primero en el gobierno de Mel Zelaya y después en el gobierno de Pepe Lobo, también en condición de voluntario.

En realidad, los politicos hondureños le rehúyen al compromiso con los ciudadanos, porque es muy fácil pararse en un escenario, pronunciar un discurso vacío, sin contenido. Es importante que todos los candidatos aborden los tópicos principales del debate nacional, como son: el objetivo del estado de bienestar de los hondureños, la extensión de los derechos de las personas en el ramo de salud que cada vez se ido haciendo más reducido por lo mal que trabaja la Secretaría de Salud y las precarias condiciones en que ha quedado el Seguro Social por los saqueos de que ha sido objeto en dos administraciones anteriores, imputadas al Partido Nacional.

Los asuntos de salud y de educación son ejes fundamentales, ambos deben abordarse con argumentos propios de los tiempos actuales, cuando Honduras tiene más habitantes, más personas en condiciones más precarias que antes, producto de un atraso que nos retrata como un país en retroceso por culpa del mal papel de los gobiernos. Estas no son cuestiones sin importancia como para que los políticos las ignoren, educación y salud son dos preocupaciones que laten en el corazón descontento de la democracia. Y cuando los políticos prefieren irse por la tangente, es decir, no abordarlos en los tiempos de campaña, es por el miedo de que una vez asumiendo el poder se vean enrostrados por la población por el incumplimiento.

El PLR que ganó la elección en el 2021 es el que lleva una buena parte en los reclamos, sin embargo, los nacionalistas que son los que más tiempo han estado en el poder, 12 años consecutivos, están lacrados, porque en el caso del Seguro Social, fue en dos administraciones nacionalistas cuando acontecieron los peores descalabros que dejaron moribunda a esta importante institución de salud, a tal grado que hoy el Seguro Social está en una situación inservible para los afiliados.

Cuando los políticos le rehúyen al compromiso con los ciudadanos dan la sensación que no quieren quedar atados con los ciudadanos y con la nación en general, y esto es un problema al momento de la elección que se traduce en abstencionismo y ausentismo. Y ambas situaciones producen crisis en la fábrica moral de la sociedad, porque si los politicos le rehúyen a hacer propuestas es porque no quieren hacer compromisos con los ciudadanos. Es aquí donde comienza la erosión de los procesos electorales que se traduce en ausencia de electores y abstención de votantes en los comicios.

En un libro del profesor de Derecho de la Universidad de Harvard, Michael Sandel, publicado hace algunos años, titulado «El Descontento de la Democracia», expresaba la necesidad de recuperar la voz cívica, haciendo énfasis en la necesidad de que los políticos debían corresponder a la ciudadanía en todos los aspectos que las personas reclaman de los políticos más compromiso en los asuntos que inciden en el bienestar de la gente. Particularmente, en ningún otro país del planeta, los estadounidenses exigen que los politicos se preocupen por crear las mejores condiciones para una mejor economía, porque el bienestar depende fundamentalmente de la situación económica. El entonces presidente Bill Clinton, reprendió a un asistente que le pedía que enfatizara en sus discursos en los temas sociales, con un regaño que resonó en la sala de trabajo: «es la economía, estúpido», aunque hay quienes piensan que este fue un montaje hecho para enrostrarle a su adversario republicano, cuál era el tema que preferían los ciudadanos.

Si los hondureños creyeran, igual que el expresidente Bill Clinton, que su bienestar depende de la economía, por lo menos el 80 por ciento de los hondureños no votarían por la candidata del PLR, Rixi Moncada, porque el gobierno de este partido se ha esmerado en tomar las peores medidas que afectan la economía de los hondureños. Y nadie que sienta el efecto negativo de las medidas de un gobierno, salvo que esté loco, votaría de nuevo por el mismo partido.

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy viernes 7 de febrero de 2025.