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Era apenas un niño de cuarto grado cuando empecé a tener noción de lo importante que era para nuestra madre invocar a la Virgen María. Frente a un pequeño altar de nuestra casa, donde estaba la imagen de la Virgen, había un pequeño espacio donde teníamos que arrodillarnos la mayoría de los hermanos para acompañar aquel rezo que habitualmente hacíamos los fines de semana. Entonces, los tiempos nos permitían a los hondureños vivir en un ambiente apacible y tranquilo. Cuando se tenía noticias que alguien había matado a otro, era por el desmedido consumo de alcohol, la droga más conocida en nuestro puerto era la marihuana, impensable que las personas persiguieran las drogas, lo más dañino entonces era el cigarrillo, como siempre lo ha sido, nada de polvo blanco ni siquiera se hablaba de pastillas alucinógenas, en fin, vivíamos todavía en un pequeño paraíso terrenal.
Llegada la fecha de la celebración de la Virgen de Suyapa, escuchábamos que varias familias hacían los preparativos para venir a implorarle a la Virgen de Suyapa, que velara por la salud y el bienestar de la familia y para curar los males de algún familiar. Ya corría la fama de la Virgencita de Suyapa, cuyo prestigio crecía en la medida que un personaje de la radio de aquellos años, llamado Domingo Casiano Calcañal y Calcañal, apodado el «El Indio Calcañal», se encargaba de santificar los milagros que le atribuían a la Virgencita de Suyapa.
Así crecimos, hasta que un día, ya radicado por trabajo y estudio en la capital, hicimos nuestra primera visita al santuario de la Virgen de Suyapa. Cuando llegamos un domingo, en medio de un hervidero de feligreses, no podíamos creer que estábamos ante aquella imagen milagrosa que era, después de Dios, lo más sagrado para nuestra madre. Hasta que un día, el productor de TVC, Juan José Romaña, me pidió que junto a otras personas, fuera a pronunciar en el enorme Templo de Suyapa, un discurso en el que contara las experiencias de mi vida relacionadas con la Virgen de Suyapa.
Muchos años después, miles de familias hondureñas siguen desplazándose para agradecer a la Virgencita de Suyapa los favores que les ha otorgado para recuperar la salud, para rescatar la tranquilidad en una familia y, hay hasta quienes vienen a postrarse ante el santuario para darle gracias a la virgen por haberse ganado la lotería, lo que les permitió salir de deudas agobiantes. Los casos más recurrentes que se ven en Suyapa en centenares de personas con la fe puesta en la Virgen, son los que lograron curarse de una enfermedad a la que los médicos no le pudieron encontrar sanación.
Hoy en día, muchas personas pudieran encontrar los favores de la Virgen de Suyapa si decidieran acogerse a sus enormes poderes, que han quedado plenamente evidenciados con muchos testimonios de personas, que al ser entrevistados por los medios de comunicación expresan su agradecimiento a la Virgencita de Suyapa. Quizás si hubiera acudido a la Virgen de Suyapa, la odontóloga que inexplicablemente dio muerte en forma atroz a su pequeña hija de tres años hubiera recuperado la cordura y la razón que sin duda fueron la causa que la llevaron a terminar con la vida de su hija. Si los padres del niño de 12 años que optó por escapar de la vida suicidándose, de haberse entregado a la Virgen de Suyapa, hubieran entendido mejor a su pequeño hijo y este no hubiera cometido el pecado imperdonable de suicidarse.
Tantos casos de la vida diaria como los mencionados, hubieran tenido una feliz culminación si todas las familias hondureñas se refugiaran en la milagrosa imagen de la Virgen de Suyapa, que por los miles de testimonios que hemos oído en todos estos años, con su inmenso poder ha incidido para que muchos hombres y mujeres alcancen la paz y la tranquilidad, no hubieran optado por buscar la puerta falsa para terminar su existencia. Pasan los años, y pasan las generaciones, y millares de hondureños vienen para esta fecha a mostrarse de hinojos ante la Virgen, unos a agradecerle sus favores y otros a implorar que ponga su mano milagrosa sobre ellos. Y sin duda, la Virgencita de Suyapa a todos los responderá con su magnanimidad, porque para ella todos somos sus hijos.
De mi parte, a mis años mayores, aun resuena en mi mente y en mi sentimiento aquella santa evocación que nuestra madre hacia ante sus hijos a la Virgen María: «Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres, como bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén». De eso hace muchos años, pero a estas alturas de la vida, seguimos conservando la fe y la adoración por la Virgen María, a través de nuestra Santa Patrona, la Virgencita de Suyapa.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy lunes 3 de febrero de 2025.