Organizaciones sociales, campesinas y de derechos humanos en Honduras han declarado «emergencia» en el departamento de Colón, especialmente en la zona del Valle del Aguán, debido al «riesgo mortal» que enfrentan los campesinos organizados. Las entidades denunciaron que existe una estrategia para desarticular la lucha campesina e indígena en esta región, donde las familias, incluidos mujeres, hombres y niños, viven bajo el constante temor de violencia, una situación que se ha agravado en los últimos días. Las organizaciones acusan al gobierno de la presidenta Xiomara Castro de ser cómplice de la violencia, ya que no ha respondido a los llamados de auxilio ni ha implementado mecanismos efectivos para proteger a los defensores de la tierra.
El movimiento campesino también criticó la inacción de la Policía Nacional y la falta de cumplimiento de los acuerdos firmados en 2022 para resolver los problemas agrarios en el Aguán. Estos acuerdos, según las organizaciones, no solo fueron ignorados, sino que la situación de violencia ha empeorado, afectando a las familias que habitan en una de las zonas más conflictivas del país, históricamente marcada por disputas de tierras y la presencia del narcotráfico. En medio de esta crisis, las organizaciones expresaron su pesar por el reciente asesinato de dos miembros de una cooperativa campesina, lo que ha incrementado la preocupación por la seguridad de los campesinos y la falta de acciones del Estado para garantizar su protección. Además, hicieron un llamado urgente a la comunidad internacional y a las organizaciones de derechos humanos para que intervengan y apoyen a las familias campesinas del Valle del Aguán.