La única experiencia en materia de debate electoral, propiamente un debate, la tuvimos en 1993, cuando por iniciativa del recordado empresario don José Rafael Ferrari, muy compenetrado en el papel que debían desempeñar los medios de comunicación en apoyo al fortalecimiento de la democracia, se organizó el Debate Presidencial de mayor trascendencia en la historia política de Honduras. J.R. Ferrari delegó en el licenciado Sebastián Pastor la organización de aquel histórico evento, en el que los candidatos Carlos Roberto Reina, Oswaldo Ramos Soto, Olban Valladares y Marco Orlando Iriarte respondieron a preguntas formuladas por una concurrencia selectiva, que se trasladaban a los candidatos por un panel de periodistas entre los que nos encontrábamos Roxana Guevara, su servidor y otros colegas.
Desde entonces se hicieron otros experimentos, pero nada parecidos al de 1993, por la estructuración seria que logró Sebastián Pastor y la producción a cargo del profesional chileno Víctor Bielefeldt. De esa experiencia se debe extraer lo más valioso para el debate que propone realizar el COHEP, en el que, el mismo organizador, Sebastián Pastor, es el indicado para asumir esa responsabilidad, partiendo del concepto de sostenibilidad que evite cometer errores por las nefastas improvisaciones.
Es pertinente recordar esa gran experiencia del Debate Presidencial de 1993 que dejó una huella indeleble en la historia política hondureña, ahora que se habla de un debate con motivo de las Elecciones Primarias, que nunca antes se había hecho en Honduras, pero que dada la trascendencia de estas Elecciones Primarias, nos parece oportuno que el evento sirva para que los precandidatos de los distintos partidos, aprovechen la enorme difusión que tendrá el debate para que hablen de sus planes, de los proyectos y programas que tienen contemplados si el electorado llegara a confiarle los destinos del país.
Los debates no deben ser trincheras para librar batallas políticas que enciendan aún más los ánimos que exacerban y elevan los niveles de polarización; los hondureños nos quejamos y nos lamentamos con toda la razón del mundo por el desinterés de los políticos para hablarnos de sus propuestas para solucionar los problemas del país, desde los más ingentes hasta los que pudieran parecer intrascendentes. En el debate, los conductores, que deben ser comunicadores o profesionales experimentados, tienen la obligación de tamizar las preguntas que formulen los miembros de la concurrencia, procurando evitar que el tiempo sea malgastado en aquellas interrogantes que se formulan con el propósito destructivo de la confrontación.
Las preguntas más importantes son las que exijan a los candidatos a que se pronuncien sobre la forma en que se habrán de resolver los problemas delicados del país, que los obligue a expresarse y asumir compromisos sobre el tratamiento que debe dar el próximo gobierno a los asuntos de Estado, que están quedando relegados por la clase política que ha tenido las riendas del país en los últimos 45 años. Como debe enfrentar el Estado el delicado tema de la educación, que últimamente ha sido manejado de la forma más impropia, al colocar al frente de la Secretaría de Educación a profesionales inadecuados, de comprobada ineficacia.
El tema de Salud es un aspecto que no puede quedar de la mano de la improvisación como se ha visto en los últimos gobiernos, particularmente en el actual, donde el ramo ha sido abandonado al colocar al frente del ministerio a profesionales incompetentes, lo que ha derivado en una desatención lamentable y a la vez condenable, por cuanto el daño que se le infringe a la población ha quedado retratado en los cuadros que se observan en los principales hospitales públicos, en los que a veces no hay ni el elemental algodón, que es algo indispensable en las salas de cirugía.
Hay muchos aspectos relevantes que deben afrontar los precandidatos en el debate, entre ellos cómo se reinsertará a los miles de compatriotas que serán deportados de EEUU, cómo crear mejores condiciones para la generación de empleo masivo, cómo incentivar la inversión extranjera igual que la inversión nacional para estimularla a un crecimiento que propenda a la creación de puestos de trabajo.
Como debe continuar la política exterior, que en este gobierno nos alejó de Taiwán, un país amigo que nos compraba con precios subsidiados nuestros productos exportables como el camarón, que fue lanzado al despenadero al quedar supeditado a los tratos con China Continental, el nuevo socio del gobierno de Xiomara Castro. Aspectos y temas torales como los mencionados deben ser sometidos a los precandidatos, para que nos demuestren a los electores que tan bien están preparados para enfrentarlos.
No hay razón para que algunos precandidatos rehúyan al debate; cierto es que no hay tradición de debates en Elecciones Primarias en nuestro país, pero da la casualidad que estas Elecciones Primarias son excepcionales, no son nada parecido a las anteriores, por tratarse de que las Elecciones Generales de noviembre tampoco serán igual que las elecciones convencionales de años atrás. Por lo tanto, es un deber tanto cívico como patriótico que todos los precandidatos asistan al debate, porque este evento será la mejor plataforma para que se ganen a los electores con sus propuestas.
El precandidato que por cualquier excusa rehúya comparecer al debate, no se estará haciendo un favor sino un gran daño con efecto electoral, porque los ciudadanos podrán asumir que esos candidatos no quieren asumir compromiso con el pueblo hondureño que es el gran elector.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy jueves 23 de enero de 2025.