TRUMP Y SUS ENIGMAS

Ningún presidente de EEUU es tan enigmático como este Donald Trump en su segundo período, que, aseguran los analistas, no será nada parecido al Donald Trump que conocimos en su primer mandato. Su discurso pareciera esclarecer sus objetivos presidiendo el poder más grande sobre el planeta, pero no para creer que sus pasos programados son para salvar a los buenos y fulminar a los malos. A este nuevo Donald Trump, hay que verlo desde varias perspectivas. Donald Trump reasume el poder en EEUU con amistades muy enraizadas con Vladimir Putin, Kim Jong Un de Corea del Norte y Xi Jinping de China Continental, los lideres comunistas, enemigos de EEUU y de los países de occidente.

Los que creen que Trump es el adalid de la democracia están bastante equivocados, Trump es un líder que practica un populismo enigmático, con el que juega a consolidar reglas eminentemente personales. En su discurso, Trump hizo gala de un populismo disparatado, al expresar que la bala que le dispararon solo le rozo la oreja porque DIOS quiso que él fuera de nuevo presidente de EEUU. Esto, sin embargo, se queda pequeño ante la ráfaga de anuncios que disparó este día desde el Capitolio, como el hecho de llamar por su cuenta «Golfo de Estados Unidos» al Golfo de México, y la afirmación de recuperar el Canal de Panamá, dos situaciones confrontativas que retornan a EEUU al plano imperialista, que se había sacudido en los últimos 50 años.

Su vecino del sur es el más crispado en estos momentos, porque los dardos de Trump van dirigidos con dedicatoria especial hacia México, país que le provoca ojeriza, tanto por la gran cantidad de inmigrantes que le introduce cada día, la inmensa cantidad de drogas que ingresan a EEUU desde México, como por el provecho del comercio que obtienen los mexicanos a través de sus exportaciones y la inmensa cantidad de dinero que a través de remesas fortalecen el tesoro mexicano. Elevar los aranceles a las importaciones de México hasta un 25% es un quiebre que lastimará a la economía mexicana, que si bien puede responder pagándole con la misma moneda, cobrando igual arancel a las importaciones de EEUU, el efecto no es del mismo tamaño contra la economía estadounidense.

Hay dos temas agregados en los que Trump ha puesto énfasis, el primero de ellos es el de las deportaciones masivas, del que se ha ocupado desde su primer día en el despacho oval de la Casa Blanca, a pocas horas de haber sido juramentado. No hay dobleces ni concesiones, el gobierno de Trump ha puesto en su mira a millones de personas que residen indocumentadas, que para el nuevo presidente son enemigos peligrosos de la seguridad de EEUU, y como tal no deben permanecer gozando de la complacencia de las autoridades del país. Trump no toma en cuenta el aporte que con su trabajo le hacen los migrantes a la economía de EEUU. Basta que sean indocumentados para considerarlos indeseables en el suelo estadounidense. El segundo aspecto es el de calificar con énfasis como terroristas a los narcotraficantes, lo que permite aplicar leyes específicas del sistema de seguridad nacional (Homeland Security) dentro y fuera de EEUU, a individuos y grupos criminales dedicados al narcotráfico, una actividad que EEUU considera letal contra la sociedad estadounidense. 

Bajo esta consideración el país que más entra en alerta es México, dado el hecho de la existencia de varias redes criminales que circundan el territorio mexicano y especialmente en los estados mexicanos que hacen frontera común con EEUU. Pero no están exceptuados otros vecinos como Guatemala y Honduras, donde las organizaciones criminales han estado asociadas a los grupos narcotraficantes de los grandes capos mexicanos como el «Mayo» Zambada y el «Chapo» Guzmán, ambos detenidos en prisiones de máxima seguridad en EEUU, pero cuyas organizaciones siguen operando con estructuras eficientes la actividad del narcotráfico, sumando a las drogas comunes el fentanilo, que es de mayor consumo en muchos sectores de la sociedad estadounidense.

Nuestro país, que está enclavado en la zona geoestratégica centroamericana, por tener puntos claves en el Atlántico y en el Pacífico, es de fundamental atención para EEUU. Es casi seguro que la política del Departamento de Estado a cargo del senador Marco Rubio, ya tiene a Honduras en la mirilla. EEUU es protector de la democracia y en este sentido, las próximas elecciones de marzo y noviembre en nuestro país, merecerán especial atención, para garantizar que los hondureños tengamos un proceso electoral limpio y transparente, que sea un fiel reflejo de la voluntad electoral de los hondureños.

Todo indica que el gobierno de EEUU mantendrá al frente de la embajada en Tegucigalpa, de aquí hasta que finalicen las elecciones en noviembre, a la actual embajadora Laura Dogu, conocida por su carácter jovial pero firme, la típica diplomática que enfrenta los desacuerdos con los gobiernos con una franqueza llena de dulzura y sonrisas, pero a la vez, punzante, como cuando reclamó la entrevista que sostuvieron en Caracas el ministro de Defensa y Roosevelt Hernández, con Vladimir Padrino López, el jefe del cartel narcotraficante de «Los Soles».

Pareciera que no hay nada que no sea descifrable en Trump, pero, aunque así lo parezca, el Trump, segunda parte, es un mandatario tan poderoso como tan curtido de enigmas. Hay que recelar de su amistad con Putin, Kim Jong Un y con Xi Jinping, lo que anuncia un tratamiento de mano suave para Maduro, pero no significa que dará el mismo trato a sus similares en otros países, especialmente de Honduras, donde ha habido una obstinada posición «enemistosa» contra EEUU.

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy lunes 20 de enero de 2025.