Las revelaciones de Arístides Mejía este día, en su columna en Diario La Tribuna, son altamente reveladoras de la estrategia del líder del PLR, Mel Zelaya, respecto a la advertencia a EEUU, formulada por la Presidente Xiomara Castro en su discurso de año nuevo, condicionando la permanencia de la base militar de Palmerola a un «cambio de tratamiento del gobierno de Donald Trump a los migrantes hondureños». Arístides Mejía habló hoy como exministro de Defensa del Gobierno de Manuel Zelaya, 2006-2009, años en los que ya Mel Zelaya se planteaba un enfrentamiento contra EEUU, al pedirle al ministro de Defensa que propusiera a Washington una base militar alternativa en La Mosquitia, lo que implicaba desmontar Palmerola.
El exministro de Defensa, Arístides Mejía, revela hoy que al hablar con los funcionarios de EEUU le respondieron que no bastaba que el Gobierno de Honduras denunciara el Tratado de 1954, que ampara legalmente la existencia de la base militar de Palmerola, situación a la que nos referimos en el editorial del jueves anterior en Abriendo Brecha. En efecto, desmontar una base militar tiene grandes implicaciones que además llevan mucho tiempo, porque el contenido de la base de Palmerola asciende a una inversión alta de muchos millones de dólares.
Las revelaciones de Arístides Mejía confirman que el anuncio de Xiomara Castro responde a una estrategia política que, en estos momentos, esta concatenada con los acontecimientos de Venezuela, donde Nicolas Maduro, aunque aparentemente no tendrá problemas en asumir un nuevo período en forma fraudulenta y autoritaria, enfrentará consecuencias posteriores por la nueva política que empezará a aplicar el gobierno de Donald Trump. Con mucho sentido común, Arístides cree que al plantear el desmantelamiento de la base de Palmerola como argumento en defensa de los migrantes, el Gobierno del PLR cree que puede poner de rodillas a Donald Trump y a Marco Rubio. Esto, según el exministro de Defensa, es una estrategia que llevará a la derrota, si se usa para crear confrontación interna y externa, exaltando el nacionalismo por una causa política, creando desorden para aplicar medidas autoritarias, declarando apátridas y traidores a los que se opongan.
Compartimos con Arístides Mejía que los hondureños no albergan sentimientos antiestadounidenses, porque la mayoría de nuestra población admira a los EEUU, su estilo de vida americana y nunca el sistema de vida de los países socialistas, algo que con frecuencia hemos comentando con Juan Ramón Martínez, cuando escuchamos a Rixi Moncada decir con una hipocresía lunática que el modelo de vida cubano es el que le conviene a Honduras, más nunca hemos escuchado que a Rixi le gusta vacacionar en la isla, y su hija se graduó becada en una de las reconocidas universidades del modelo capitalista ingles en la ciudad de Londres, Inglaterra.
Es interesante detenerse en las revelaciones que hace el exministro de Defensa, Arístides Mejía, que durante tres años fue el titular del ramo que estuvo al mando civil superior de las FFAA. Como lo confiesa en su columna de hoy, con todo el sentido pragmático, «todo mundo comprende que los funcionarios de un país tan débil como el nuestro, no tienen poder para retorcerle el brazo a los estadounidenses, y mucho menos a una persona como Donald Trump, por lo que, la declaración de Xiomara Castro es absurda y hasta ridícula, y que, por el contrario, lo que recibirán son sanciones que empeorarán la situación ya desesperante de las mayorías empobrecidas. Ni siquiera México, con la mayor economía de A.L. se atreve a desafiar a Trump, sabiendo que México depende tanto de EEUU.
El exministro de Defensa, que conoce bastante bien a Mel Zelaya, considera que esta estrategia del PLR es para polarizar y dividir a la sociedad, desestabilizarla, crear miedo e intimidar. Lo cual, según Arístides Mejía, es una fuga hacia adelante, porque las fuerzas de oposición son superiores. Y termina sentenciando que, primero se va a ir este gobierno, antes que la base militar de Palmerola.
Por nuestra parte reiteramos lo que dijimos hace una semana en el editorial «Palmerola y Guantánamo» del pasado jueves 2 de enero: no hay forma alguna que el Gobierno de Xiomara Castro expulse la base militar de Palmerola, ni por la vía diplomática, ni mucho menos por la vía forzada, porque una ocurrencia irracional de proceder por la fuerza, sería una insensatez descomunal. Parodiando a la fábula de Zúñiga: sería como una pelea entre el águila y la hormiga.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy martes 7 de enero de 2025.