El Presupuesto de la República es el instrumento en el que, cada año, se detallan los ingresos y gastos del Estado, donde se define en que se invertirán los recursos que se captan por diversas formas en las distintas actividades del país. Un país administrado sin un presupuesto debidamente analizado es proclive al desorden y a crear un estado de corrupción general. Sin un presupuesto racionalizado en todos sus aspectos, el país se desordena y da lugar a que muchos recursos se desperdicien, y sean utilizados para fines políticos o ser objeto de malos manejos. Un país sin un presupuesto ordenado es un arca abierta, donde todo mundo puede meter la mano para aprovecharse del dinero público.
El Gobierno de la Presidente Xiomara Castro ha enviado al Congreso Nacional un presupuesto de tamaño gigante, como nunca antes se había visto en la historia de Honduras, con la pretensión de que el pleno parlamentario lo apruebe sin proporcionar antes la información detallada para que los diputados lo conozcan a profundidad. La tarea para tan descabellado propósito le fue encomendada al diputado del PLR, Hugo Noe Pino, que en gobiernos anteriores actuaba como un crítico meticuloso de los proyectos presupuestarios que enviaron gobiernos de otros partidos, pero esta vez, como todo un «abogado del diablo» ha pretendido burlar la vigilancia obligatoria que los diputados de oposición deben ejercer al proyecto presupuestario del Gobierno de Xiomara Castro.
Los problemas que los diputados de oposición deben observar en el actual presupuesto tienen que ver con los desafíos y obstáculos que enfrenta el país, y que no son atacados en el presupuesto, que en cambio dedica cantidades inmensas a asuntos secundarios en varias secretarías del gobierno que no fueron capaces de ejecutar las partidas asignadas, manteniendo más de la mitad de su presupuesto, por lo que, no hay razón de peso para premiarlas con iguales o mayores cantidades para el 2025, que es un año que estará cargado de mucha suspicacia por ser el año electoral en que, en el país habrá elecciones primarias en el mes de marzo y elecciones generales en noviembre.
Hay voces razonables que ya se pronuncian con toda la razón del mundo en contra de que se aumente el presupuesto del país, empezando por aquellas secretarías de Estado que han demostrado una total ineficacia e incompetencia en la ejecución de su presupuesto de este año. Y esta observación es lógica, qué sentido tiene aumentarle el presupuesto a un ministerio que ha brillado por su inoperancia, con lo cual ha dejado de cumplir sus funciones en perjuicio del bienestar de los ciudadanos. Porque el presupuesto tiene el fundamental propósito de contribuir a mejorar el bienestar de la ciudadanía y cuando una oficina brilla por su bajo nivel de ejecución, lo natural es que, no se le aumente presupuesto, sino que le consigne la misma cantidad del año anterior, lo que determina lo innecesario que es incrementar el presupuesto como lo pretende el gobierno de la Presidente Xiomara Castro.
La idea malsana de aumentar el presupuesto por las nubes la trajo el asesor de la Presidente Xiomara Castro, el prófugo ecuatoriano Rafael Correa, quien fue el que recomendó al Gobierno del PLR poner en el presupuesto las mayores partidas presupuestarias posibles, porque en el momento que el gobierno requiera de la mayor cantidad de recursos para lograr sus objetivos políticos, tendrá todo el dinero que necesite aprobado en la ley presupuestaria. El expresidente ecuatoriano Rafael Correa está acusado en su país por el delito de malos manejos de dineros públicos, por lo cual tiene orden de captura y no puede regresar a Ecuador.
El presupuesto como lo envió el Gobierno del PLR a través del diputado Hugo Noe Pino, es un presupuesto tan exorbitado como desorbitado, porque con tanto dinero en el presupuesto el gobierno podrá manejar un aparato público inconmensurable, capaz de hacer cualquier cosa para apabullar a la oposición y ganar las elecciones a puro dinero a manos llenas. Por lo que se teme que este presupuesto gigantesco no es para procurar el bienestar del pueblo hondureño, sino para mantener una maquinaria política con tanto poder económico con capacidad de imponerse a fuerza de tener suficiente dinero para aplastar a los adversarios.
Aprobar semejante atropello presupuestario, que no da razones ni detalla gastos no contemplados, dependerá de la actitud concienzuda de los sectores de oposición en el Congreso Nacional, porque tal como se presenta el presupuesto pareciera que el gobierno quiere tener dinero ilimitado como si el país estuviera a punto de entrar a librar una guerra de largo plazo. Y este presupuesto no está planeado para atender las necesidades prioritarias de la nación hondureña, es evidente que siguiendo las directrices del expresidente ecuatoriano Rafael Correa, el presupuesto gigantesco será la principal arma del gobierno para consumar su proyecto político de largo plazo.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy jueves 19 de diciembre de 2024.