NO SOLO DE PAN…

Hastiados, como deben estar los hondureños, de la machacadera política que puede poner «zombie» al más templado de los nervios, queremos darnos hoy un baño de salud mental esta noche, hablando unos minutos de los triunfos obtenidos en el mundo de la poesía por el joven y talentoso poeta Rolando Kattán, que entre tantos reconocimientos nacionales e internacionales, acaba de ganar el XV Premio Internacional de la poesía «Claudio Rodríguez», otro galardón merecido que lo expone como el poeta internacional de nuestro país. Me jacto de conocer a Rolando Kattán desde los albores de su vida, cuando todavía no aparecía en el universo literario y de vez en cuando acertaba a darle a la pelota con el bate de los pequeños «Gigantes», el equipo de nuestras familias, donde terminamos de afianzar una amistad imperecedera con sus padres Rolando y Luisa Kattán, entrañables amigos con quienes nos fundimos en una amistad que perduró hasta el momento que Dios decidió darles hospedaje en el más allá.

Su incursión en la poesía no fue para Rolando algo casual, traía la poesía en sus venas, porque en sus ancestros había toda una estela de poesía, de manera que cuando Rolando Kattán asomó la cabeza para presentarse en el plató literario ya captaba el interés de los poetas y escritores que vieron en aquel joven un inmenso interés de leer y escribir poesía, punto de partida que se extendió de manera vertiginosa, porque desde aquel momento hasta hoy el recorrido de Rolando Kattán en el amplio universo de la poesía ha sido fulgurante y exitoso.

Vicente Huidobro, uno de los grandes poetas chilenos, dijo que la poesía era un atentado celestial, queriendo decir que crear poesía, la verdadera poesía, es algo divino, no para cualquiera de los mortales. Y el poeta Huidobro tenía más que razón, porque cualquiera puede intentar escribir un poema, nada más eso, pero ya escribir poesía, lo que se dice poesía, eso es algo que solo corresponde a la creatividad celestial de la que vienen dotados los seres que nacen con una especial sensibilidad. Y Rolando Kattán, es uno de los pocos hondureños privilegiados con la divinidad celestial que se inspira para escribir la belleza hecha poesía.

Cuando Becker preguntó: «¿qué es poesía?», miles de poetas se dieron a la tarea de contestarle de mil maneras, en lo personal me quedo con la respuesta del poeta Vicente Huidobro: «la poesía es un atentado celestial», no porque la poesía sea un tormento que puede caernos como un rayo desde el cielo que nos puede deshacer la vida, la poesía nos puede matar pero de deleite. Cuando el poeta Aguirre y Fierro comenzaba su poema Testamento Gaucho, que me gustaba declamar siendo estudiante: «bueno mijo, según la ley ya usted es mayor edad, a partir de hoy lo que haga, lo que sienta y lo que piense, tendrá que sustentarlo con su honor, su brazo, su plata y su conciencia», comprendimos que era el legado del padre al hijo, la enseñanza más sabia y saludable que un padre puede heredar a sus hijos, que es el honor de ser honrado.

Rolando Kattán ha ganado muchos premios, este último será seguido por muchos otros que seguro le esperan a raíz de su fecunda obra poética. Rolando Kattán será ya un referente de la poesía hondureña, pero además, estará consagrado como un orgullo de Honduras. El premio de la Casa América de la Poesía Americana lo llevo a figurar en muchos países del planeta donde la poesía es una parte fundamental de la vida cultural de los pueblos, por lo que el joven poeta va muy frecuente por el mundo, invitado a los escenarios más sobresalientes, donde se encantan con la buena poesía como la que escribe Rolando Kattán. Pero el poeta a veces se sale de sus estribos poéticos e ingresa a la prosa, porque la poesía no solo es versos, también deriva a la prosa, donde el poeta se divierte escribiendo y opinando sobre los temas de la vida en sus distintas manifestaciones.

Uno de sus artículos titulado «Catalejo al Corazón de Honduras» es una especie de colección de reconocimientos a varios poetas extranjeros, como José María Muñoz y Alberto Pérez Alencart, amigos de Honduras, a los que Rolando profesa admiración. Porque el buen poeta es aquel que no se empotra ni se enfunda en su obra para darse una calefacción de arrogancia y vanidad, que no permite admirar la obra de los demas.

Que un poeta como Rolando Kattán se haya convertido en la bandera de la poesía hondureña en el mundo, es un motivo de orgullo en estos tiempos en que el nombre de nuestro país es pisoteado y denostado en los tribunales extranjeros, donde se pretende eliminar la huella desastrosa que ha destruido a Honduras, por lo que en el mundo se nos mira de reojo y desconfianza por lo que han hecho todos esos compatriotas que han encontrado en el mal vivir las llamas del infierno. En cambio, la poesía es una de las pocas actividades que todavía hace resplandecer el nombre de Honduras, gracias a la excelente poesía del poeta Rolando Kattán, que nos coloca en lo más alto del trono cultural, al que solo pueden ascender los buenos poetas como Rolando Kattán.

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy lunes 16 de diciembre de 2024.