El depuesto presidente sirio, Bachar al Asad, rompió su silencio el lunes, nueve días después de abandonar Damasco y trasladarse a Rusia, y negó haber traicionado a su ejército y al pueblo de Siria. En una declaración publicada por su oficina de prensa, al Asad aseguró que nunca consideró renunciar ni pedir asilo en otro país. Afirmó que su lealtad hacia Siria y su pueblo permanecen intactas y que durante los últimos eventos, su única intención era continuar luchando contra los avances de los terroristas. Destacó que cuando el Estado cae en manos de los terroristas, cualquier cargo pierde sentido.
Al Asad explicó que fue evacuado de una base rusa en Siria tras el deterioro de la situación en la región, con ataques masivos a la instalación. Según su relato, Moscú pidió la evacuación inmediata debido a los ataques con drones. El exmandatario expresó su esperanza de que Siria recupere su independencia, subrayando su profundo sentimiento de pertenencia al país. A pesar de su exilio, al Asad mantiene la convicción de que Siria será nuevamente un país libre e independiente.