Creer que se puede engañar a la gente diciéndole que son impecables, que son respetuosos de la Constitución, cuando con sus actos y con sus hechos nos están diciendo que a la Constitución se le puede vencer con la fuerza de las armas, eso no es una mentira, es una idiotez, porque los que creen que al pueblo se le puede engañar con el poder y la intimidación es una idiotez, porque hoy más que nunca a los pueblos no se les puede doblegar con la mentira.
No queremos ser alarmistas pero no nos resistimos a subrayar que el comportamiento del jefe del Estado Mayor de las FFAA, Roosevelt Hernández, no es coherente con el patriotismo de que se ha venido jactando, porque un patriota en el buen sentido de la palabra no juega a dos aguas cuando se trata de defender la Constitución. Las poses que hemos visto del jefe militar, como la de servir platos de comida a militantes del partido gobernante, no corresponden a un líder militar serio. Servirle comida a un semejante no es algo que produzca vergüenza, pero cuando es evidente el interés político de aparecer como un sirviente que busca ganarse las simpatías de los partidarios del gobierno, el acto de repartir comida por interés político es bochornoso y repugnante.
No hay relación entre servir y servilismo, y eso último es lo que hemos visto en el jefe del Estado Mayor Conjunto, algo que lo hemos estado viendo de manera reiterada, cuando el Gral. Hernández se desplaza en actitud proselitista para ganarse el cariño, yendo a diferentes lugares a dar estrechones de mano, gestos frívolos que son propios de los políticos que tratan de ganar simpatía, algunos de manera forzada, haciéndose pasar como amigos del pueblo. Un jefe militar haciendo estas pangadas no es una persona seria, es un líder falso, que por más títulos que tenga y por más honores que haya ganado, cuando se rebaja al plano de la mentira vulgar termina mostrando el barro de que esta hecho.
Estos últimos desplazamientos del Gral. Hernández, de mostrarse como un militar carismático que se roza con el pueblo, repartiendo sonrisas fingidas y estrechones de manos que no le salen del alma sino de la intención de engañar a la gente, es una banalidad muy propia de los demagogos. Porque los desplazamientos al estilo de los politiqueros no son propios de un alto jefe militar, salvo que este proyectándose para una futura vida política, a escasos meses de culminar su periodo como jefe del Comando del Estado Mayor de las FFAA.
Y lo que Honduras no necesita ahora son jefes militares mentirosos, porque con los políticos basta. Lo decía Ortega y Gasset con absoluta claridad: «no es la mentira de sus líderes lo que debe preocupar a la sociedad, sino la idiotez de los que creen que con sus mentiras pueden engañar a la gente». Por desgracia, en Honduras hay una fiebre de idiotismo que ha calado en una serie de personas que ocupan cargos de alto nivel, que han ascendido a altas posiciones por el azar de la vida, y no por su talento extraordinario. Francisco Morazán fue un militar portentoso y talentoso, brillante en sus ideas y en sus actos y acciones, que cuando le tocó asumir los últimos momentos de la vida, por lo que se proponía, demostró una valentía sincera, no fingida.
Por desgracia no hay otro Francisco Morazán en la historia, mucho menos en los actuales momentos. Ver a un alto jefe militar como el Gral. Hernández propiciando un adoctrinamiento en las FFAA que no corresponde a los militares, es tener una conducta antimorazanista en las FFAA, porque Morazán no era partidario de las iniciativas autoritarias, sino un adalid autentico de las libertades, un liberal en todo el sentido de la palabra. No nos convencen las aclaraciones baladíes del Gral. Roosevelt Hernández, porque no concuerdan con la realidad de sus acciones que son contrarias a las libertades.
Por lo pronto, los periodistas tenemos demostraciones palpables del jefe del Estado Mayor, de ser adversario de la libertad de expresión, al expresarse como enemigo de los periodistas, que no tenemos más poder que el de la opinión pública y la credibilidad de las audiencias que nos escuchan y nos ven. Los ciudadanos que nos agrupamos para defender la Constitución debemos tener claro que jefes militares como el Gral. Roosevelt Hernández, que en el pasado atentaron contra nuestra vida, son enemigos de la democracia, son enemigos de la Constitución y por consiguiente, son enemigos de Honduras y de su pueblo.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy viernes 1 de noviembre de 2024.