La reciente captura de un tiburón martillo por un grupo de pescadores en Tela, Atlántida, ha elevado la preocupación entre la población y las autoridades locales debido a la presencia de escualos en la zona. Este hallazgo se suma a un contexto alarmante, ya que en menos de un mes se han registrado dos ataques de tiburón en las playas hondureñas. El más reciente ocurrió el 14 de octubre, cuando el hondureño Roberto Bu fue brutalmente mordido mientras nadaba. Hace aproximadamente tres semanas, otro hondureño también sufrió un ataque en Puerto Castilla.
La comunidad ha expresado su sorpresa por la aparición de tiburones en las aguas locales y busca entender las razones detrás de estos recientes incidentes. Sin embargo, la captura de estos animales ha generado un rechazo por parte de algunos sectores de la población, quienes se han manifestado en redes sociales. “Lastimosamente no se está tomando una buena decisión sobre estos casos”, comentó un internauta, mientras otro expresó su desaprobación al maltrato animal. Aunque los ataques de tiburones a humanos son extremadamente raros y generalmente no son intencionales, la preocupación sigue latente en un momento tan sensible para la seguridad en las playas del litoral atlántico.