Suena raro, en boca de un alto jefe militar que está supeditado al principio constitucional de no ser deliberante, usar el argumento populista de que los ricos, los de la oligarquía, refiriéndose a los empresarios, sean los que deban pagar más impuestos por todos los demas ciudadanos, trabajen o no trabajen. La escasez de materia gris obliga a la clase política a un ejercicio vulgar, como es el de inventar formas mediante las cuales se le quiere sacar al contribuyente más dinero, para que el gobierno lo use a su conveniencia. En el fondo, la Ley de Justicia Tributaria es el mecanismo inventado por el gobierno del PLR para reventar a los empresarios que ya pagan impuestos, porque no es cierto que haya un número determinado de empresarios que no pagan impuestos, porque aquí, el que no paga impuestos es arrimado al paredón de una u otra forma.
Pues bien, ¿cuál es el «apurón», para ir en consonancia con el «familión», que tiene el gobierno para buscar exprimir más a los que ya pagan impuestos en diversas formas? Es la necesidad de tener dinero a manos llenas para satisfacer el clientelismo político, el operativo que consiste en ponerle dinero a las personas en la mano, a cambio de asegurarles el voto, ni más ni menos una especie de prepago para asegurarles el voto, votos comprados con los impuestos que pagamos los contribuyentes.
La máxima del Gobierno del PLR, a la que también se ha sumado el Gral. Roosevelt Hernández, es que paguen los ricos, un mensaje que pulsa varias teclas a la vez, porque los que tributamos, pagamos impuestos por todos lados, sino es el ISR, es por seguridad, bienes inmuebles y hasta por solidaridad. Y de remate, si el empresario se tarda en el pago por falta de recursos, de aparejo le caen los intereses. El gobierno nunca perdona, más bien mata de remate a aquel empresario que no puede cumplir con el pago de la obligación tributaria en la fecha calendario, por lo que a veces, lo mejor es no pensar en tener una empresa. Esto por supuesto solo es una nota al pie de la página, porque hay empresarios que tienen mentalidad masoquista, ponen una empresa no para ganar sino para tener un quebradero de cabeza.
De dónde les ha caído la consigna a los del PLR, de que, deben hacer pagar más impuestos a los empresarios, porque todo el que tiene una empresa es lo suficientemente rico como para sostener al gobierno y sus desmanes, y de remate agregar que también hay que sacarles más dinero para que el gobierno pueda asegurar el suficiente clientelismo político con el que puede obtener más votos en las elecciones.
Cuando en un país se vive en democracia, es posible redondear la apreciación de que los derechos y deberes atan a los ciudadanos en la medida que estos se consideran corresponsables en un mismo orden con el gobierno, es decir, el hecho de pagar impuestos les da el derecho a los empresarios de exigirle al gobierno mejores servicios públicos, pero aquí para comenzar tenemos el peor servicio de energía eléctrica, que es tan caro como deficiente. La ENEE nos produce inmensos daños a las empresas y no hay manera de reclamarles una indemnización por los estragos que provocan a los equipos las fallas del sistema eléctrico. Tampoco se puede reclamar una devolución por el costo del combustible que se gasta al mes, cuando las empresas para laborar tienen que usar sus propios generadores que trabajan con diésel, cuando transcurren hasta ocho horas sin energía en muchos sectores.
Nos encontramos con un gobierno conculcador, que busca exprimir a quien ya le genera ingresos por impuestos, y es fácil echar esa facha, pero no es fácil estar a la altura de pagar más impuestos y los que piden que se cargue con más impuestos a los empresarios, son los que nunca han tenido entre sus obligaciones pagar una planilla de cien empleados, de manera religiosa cada quincena de mes. Los políticos del PLR, que son los necios que quieren imponer la Ley de Justicia Tributaria, lo que quieren es imponer la pobreza por decreto, para que Honduras caiga en los niveles de Haití y varios países del continente africano, porque como Fidel Castro le dijo a Hugo Chávez: «hay que crear las condiciones para que haya más pobres, porque los pobres son los que votan por nosotros, los gobernantes populistas».
Esa barbaridad que Fidel Castro le pasó a Hugo Chávez, es un proyecto comunista que insinúa que ser rico es ser de alguna manera, culpable, y que esa culpa debe ser saldada pagando un peaje, que es un pago aparte. La Ley de Justicia Tributaria es eso, nada más que el PLR quiere más dinero pero no para sacar a los hondureños de la pobreza, sino para volverlos más pobres, porque los pobres serán mantenidos eternamente pobres para que sigan votando por el PLR, a cambio de una pequeña dádiva.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy martes 15 de octubre de 2024.