La justicia de EEUU tiene la particularidad de la lentitud, nada que se ventile en los tribunales de justicia de ese país se trata con la celeridad con que se bebe un vaso de agua, pero tampoco nada cae en el cesto del olvido, cuando pasan los meses, pasan los años y las personas que alguna vez cometieron un agravio en contra de los intereses de ese país, por el tiempo transcurrido, creen que están a salvo y que el delito cometido cayó en el olvido. Todo hecho y toda acción que vulnera los intereses de EEUU, dentro y fuera del territorio estadounidense, una vez que es registrado en una instancia de la justicia de ese país, es objeto del debido proceso, cuya característica fundamental es que nada se hace en forma apresurada, todo lo que concierne al proceso es lento, pero en algún momento el brazo de la justicia de EEUU se hará presente para reclamar al autor del delito para que comparezca ante un tribunal.
El dirigente del PLR, Marlon Ochoa, consejero del PLR en el CNE, podría ser requerido por un tribunal de EEUU, por un ataque alevoso contra las instalaciones de la embajada estadounidense en Tegucigalpa, en el 2019, cuando grupos de la llamada Resistencia del PLR la emprendieron contra la sede de EEUU en la capital hondureña. En esa ocasión, Marlon Ochoa fue filmado por las cámaras de la embajada y las cámaras de seguridad del Estado hondureño, por incendiar llantas, intentando dañar una de las puertas del edificio de la sede estadounidense en Honduras. Este acto no es considerado una simple hostilidad, pretender quemar uno de los accesos a las instalaciones de la embajada cae en el campo del terrorismo, según las leyes de EEUU. Para Marlon Ochoa pudo significar una travesura, para EEUU incendiar una puerta de su sede diplomática es un atentado terrorista y esto contrae consecuencias contra el autor del ataque, Marlon Ochoa, que hoy es consejero del PLR en el CNE.
En ese mismo acto, otro joven que actuó a la par de Marlon Ochoa permaneció en prisión hondureña por más de dos años, habiendo significado un duro golpe para su familia. En ese momento no hubo requerimiento directo contra Ochoa, pero el atentado fue debidamente documentado para ser procesado en los tribunales de EEUU, apoyado en un filmado que recogió el hecho con un Marlon Ochoa sonriente, orgulloso del ataque perpetrado a las instalaciones de la embajada de EEUU en Tegucigalpa. De ese hecho han transcurrido ya cinco años en que el propio Marlon Ochoa y demás autores podrían haber creído que estaban fuera del ojo de la justicia de EEUU. Lo que sucede es que el sistema jurídico de ese país no se sale del debido proceso, en que no da un paso sino documenta la autoría de la acción delictiva.
Ahora trasciende que Marlon Ochoa podría ser solicitado en extradición por la justicia de EEUU por el ataque alevoso en 2019 en contra de la sede de la embajada, acto que podría ser tipificado como un ataque terrorista, en cuyo caso hay miles de antecedentes en varios países del mundo donde grupos violentos atacaron las sedes diplomáticas de EEUU. La norma de EEUU es que nadie que ataque los intereses de su país, dentro o fuera de su territorio, queda impune. EEUU persigue desde los grandes hasta los pequeños terroristas. Persiguió a Osama Bin Laden por años, y cuando lo tuvo en la mano, al no quererse entregar, fue acribillado por un pelotón militar antiterrorista. Por este concepto también capturó al líder de Irak, Saddam Hussein, entregándolo a la justicia de su país para responder por una serie de crímenes cometidos. Igual aconteció con el líder Muammar Khadafi de Libia, el que al intentar escapar de un implacable operativo de persecución, fue capturado y ahorcado por la misma gente de Libia.
En todos estos casos, EEUU ha enviado un mensaje al mundo, que nadie que cometa un hecho tipificado como terrorista escapará de la justicia estadounidense. Que será perseguido y encontrado en el lugar donde se encuentre. En 1988, en un espectacular operativo, EEUU capturó en Tegucigalpa al capo hondureño Juan Ramón Matta Ballesteros, por varios cargos relacionados con narcotráfico, condenándolo a prisión de por vida.
Todo hecho que atenta contra una sede de EEUU, con la intención de hacer daño, cae en el campo del terrorismo, un delito imperdonable por las leyes de EEUU. Ahora mismo, el expresidente Donald Trump, que es el candidato republicano, podría enfrentar el cargo de corresponsable por el delito de sedición, por instigar el ataque al Capitolio, siendo presidente de EEUU, un hecho inédito, en que Trump pretendía que se desconociera la victoria de Joe Biden. Este caso como cualquier otro que se somete al debido proceso va lento, pero no significa que caerá en el olvido. Hasta es posible que el desenlace del juicio ocurra el próximo año cuando Trump pudiera ser reelecto a la presidencia, y desde el cargo deba enfrentar el juicio.
Si como dijo hoy un personaje exagente de la DEA, Marlon Ochoa podría ser requerido en extradición por el supuesto acto de terrorismo contra la sede de la embajada de EEUU en el 2019, es recomendable que Ochoa se vaya preparando con buenos abogados, porque una vez que sea solicitado en extradición, el Gobierno de Xiomara Castro no podrá hacer nada más que entregarlo a las autoridades de EEUU, porque el cargo de terrorismo es delicado y nadie ha podido eludirlo, excepto los tiranos como los hermanos Castro, Hugo Chávez y Nicolas Maduro. Pero estos son personajes de otro calibre, mientras Marlon Ochoa es un pequeñito mortal hondureño. Su personalidad bravucona no le servirá para negarse, porque, aunque llegara a escapar, el brazo de la justicia del Tío Sam lo perseguirá donde se esconda.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy martes 17 de septiembre de 2024.