El Shakthar Donestk, en su exilio hamburgués, dio la gran sorpresa y derrotó este martes al Barcelona (1-0) en un nuevo ejercicio fallido de los de Xavi Hernández, que desperdiciaron la primera ocasión que tenían para certificar su pase a los octavos de final de la Liga de Campeones.
Para el Barcelona el partido fue una pesadilla, un ejercicio fallido, de un equipo sin rumbo y que pierde credibilidad a cada partido. En Hamburgo, bastó un gol del ‘9’ ucraniano Sikan en el minuto 40 para cerrar el partido.
Si después de ganar en el descuento y con muchas dudas en su juego en San Sebastián, la justificación de Xavi Hernández fue el síndrome posclásico; en Hamburgo se repitió la misma dinámica.
No hubo noticias del Barça durante la primera parte, donde no llegó ni a rematar entre los tres palos. Con un fútbol plano, sin desborde y demasiado previsible, los azulgranas persiguieron las camisetas naranjas de los ucranianos durante demasiados minutos, frente a un equipo que sí tuvo claro a lo que jugar desde el inicio.
Volvió el Barça a su dibujo clásico, un 4-3-3 con dos laterales y la pareja de centrales formada por Araujo y Christensen, que fue de lo mejor de los catalanes durante muchos minutos.
En la media, Oriol Romeu volvió a mostrarse muy gris, Gündogan no estaba fino al volante y Gavi ofreció poco más que sacrificio. Arriba, la tripleta de delanteros pasó inadvertida muchos minutos. A Lewandowski no lo llegaban balones y los dos extremos (Raphinha y Ferran) nunca desbordaban.
Así que los de Mario Pusic, salvo en un par de acciones dubitativas, más producto de ser consecuente con su estilo de juego, que por otra causa, cedieron un par de ocasiones en los minutos iniciales, dos sustos más por intentar jugar el balón con riesgo desde atrás que por méritos de los de Xavi.
Y es que el Barça no emitía señales de vida. Ni presión ni construcción. En los primeros 45 minutos, los azulgrana, salvo dos remates desde fuera del área, no lo intentaron más. El Shakhtar avisó un par de veces, siempre en jugadas trenzadas, construyendo con paciencia.
Al cuarto de hora, Matviyenko superó a Cancelo en un balón largo y suerte tuvieron los azulgrana que Ter Stegen, de nuevo el meta alemán, estuvo atentó y abortó la clara ocasión de los ucranianos.
Sin que hubiera noticias del Barça, el Shakhtar se fue creciendo y en la mejor jugada del partido, anotó el 1-0 en el 40. Fue en una acción colectiva, 27 pases en un minuto. El balón llegó a Sudakov, que desplazó sobre Gocholeivshvili y el centro fue rematado por Sikan que se adelantó a los cuatro defensas de los de Xavi.
En los primeros minutos de la reanudación, los azulgranas parecieron mejor situados sobre el terreno de juego, pero de nuevo un error de concentración, esta vez de Marcos Alonso, permitió a Gocholeivshvili (min. 48) volver a inquietar a ter Stegen, que se volvió a lucir en el 57, tras un remate de Sikan, cuando el Barcelona ya tenía las ideas más claras.
Xavi decidió darle una vuelta a su equipo con cuatro cambios a falta de media hora para el final. Puso en juego a Pedri, Joao Félix, Lamine Yamal y Balde por Oriol Romeu, Ferran Torres, Raphinha y Marcos Alonso.
Y el Barça cambió de cara y en los últimos veinte minutos, los azulgrana encerraron a los ucranianos en su campo, aunque sin llegar a tener ocasiones claras, más allá de balones colgados que no generaban peligro para Riznyk.
Entró Fermín por Gavi, pero el Barcelona seguía sin reaccionar. Es más, en el 87, Newertton, en una contra, anotó el 2-0, anulado por fuera de juego.
La derrota no complica el futuro europeo de los azulgranas, pero sí les genera más tensión después de que hubiera encarrilado muy bien la clasificación con tres victorias en los tres primeros partidos. Visto la situación, el partido en Montjuïc ante el Oporto resultará clave para el desarrollo del grupo.