La destitución de la juez Karla Romero no tiene otro calificativo que el de «vendetta justiciera». El ímpetu de la juez Karla Romero, mismo que la llevo a interponer un recurso de inconstitucionalidad en contra del tristemente célebre «Decreto de Amnistía», conocido como «Pacto de Impunidad», es el quid de la reacción virulenta del alto mando de LIBRE, que, esta visto, no quiere dejar abierta ninguna posibilidad para que ese recurso pueda prosperar y poner al Gobierno de LIBRE y especialmente al coordinador de este partido, en tal aprieto que el recurso pudiera obligar al Congreso a deshacer todos los entuertos que surgieron al amparo del decreto «Pacto de Impunidad».
Destituir a la juez Karla Romero en la forma como se hizo es un acto justiciero, tan burdo como vulgar, porque las razones que se esgrimen para destituirla son todas falsas, como acostumbran a hacer en el Gobierno de LIBRE. La juez Karla Romero fue una figura del tinglado judicial muy brillante, en el momento que se le necesito para que tomara la promesa de ley a la Presidente Xiomara Castro, y la blindara en su cargo presidencial, porque de haberle dejado esa tarea al diputado Luis Redondo, en su situación de ilegalidad y de usurpador de la Presidencia del Congreso, la Presidente Xiomara Castro hubiera sido arrastrada al mismo limbo de ilegalidad del diputado Redondo y hoy estuviera recibiendo el cuestionamiento de mandataria ilegal.
¿Cómo explicarse que la pareja presidencial, Xiomara y Mel Zelaya, confiaran a la juez Karla Romero la importante tarea de blindar la toma de posesión de la Presidente, si hasta ese momento la juez Romero no era la figura reconocida que es ahora? Sus méritos y bondades le adornaban a la juez Karla Romero, no la seleccionaron para garantizar la toma de posesión de la Presidente Xiomara Castro por su mala conducta, todo lo contrario, fue por su trayectoria recta en los tribunales que le pidieron hacer la tarea protocolaria más sobresaliente en el acto de toma de posesión.
¿De dónde le proviene la caída a la juez Karla Romero? Sin duda que fue por su caracterizada obstinación de hacer cumplir la ley e impartir justicia, un celo que a muchos jueces y magistrados se les mete entre ceja y ceja, al grado de exponer su cargo, su comodidad y hasta su propia vida. Esto no es extraño en una juez del carácter de la abogada Karla Romero, partidaria del viejo apotegma del Derecho Romano «dura es la ley, pero es la ley», y del clásico rasero latino que «ante la ley, caiga quien caiga», por lo que, sin más compromiso con la ley y la justicia, en su calidad de funcionaria judicial y ciudadana con todos sus derechos, interpuso el recurso de inconstitucionalidad en contra del «Decreto de Amnistía» o «Pacto de Impunidad».
Esto por supuesto, incomodó al máximo al líder de LIBRE, Manuel Zelaya, quien es el que dirige y mueve los hilos de poder en todas las esferas del Gobierno de LIBRE, y además, no especulamos cuando pensamos que instruyo a la presidente de la Corte Suprema de Justicia, Rebeca Raquel de Melara, para que destituyera inmediatamente a la juez Karla Romero, sin dejar la mínima duda que este gobierno se mueve bajo el impulso de Mel Zelaya.
Ahora bien, la destitución de la juez Karla Romero resulta un autogolpe para el Gobierno de Xiomara Castro, porque se revierte en desprestigio para la gobernante, tanto en el ámbito nacional como internacional. Un gobierno que toma este tipo de medidas no puede ilusionar a ningún aliado ni a ningún organismo internacional que está comprometido en la lucha contra la corrupción y la impunidad. La destitución de la juez Karla Romero es una admisión palpable del gobierno que está jugando a dos aguas, por un lado, mantiene la pantomima de un supuesto anhelo de cumplir la promesa de campana de instalar una comisión contra la corrupción y la impunidad. Pero al destituir a una juez que ha demostrado entereza profesional en el ejercicio de hacer justicia, por considerarla una amenaza, por el hecho de interponer un recurso de inconstitucionalidad contra el mayor acto de corrupción de la administración actual, el gobierno desnuda todos sus temores y prefiere curarse, antes que exponerse, o sea, en el fondo no quiere a la CICIH.
Mal para el gobierno, mal para la Presidente Xiomara Castro y muy mal para la Corte Suprema de Justicia por este baño de desprestigio que se ha dado, que lo retrata como un Poder Judicial confabulado con la corrupción y la impunidad, porque haber destituido a la juez Karla Romero lo exhibe como un Poder Judicial no comprometido en la lucha contra la corrupción y la impunidad. ¡Es la triste historia de una triste Corte!
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy jueves 24 de agosto de 2023.